Reino Unido admite que el Brexit causará un "agujero" de 140.000 millones de euros

El secretario del Tesoro británico, Philip Hammond, ha admitido que el Brexit causará un "agujero" de 122.000 millones de libras (140.000 millones de euros) en los próximos cinco años, según estimaciones de la Oficina del Presupuesto. La ralentización del crecimiento, la menor recaudación en impuestos y la previsible caída de las inversiones son los tres factores que empezarán a surtir efecto en el 2017, a pesar la "resiliencia" demostrada por la economía británica tras el voto a favor del Brexit.
En vez del superávit anunciado por su predecesor, George Osborne, para el ejercicio 2019-20, Hammond advirtió que la economía británica llegará "con un déficit signifcativo" a esa fecha, lastrada por los efectos del proceso de salida de la UE que se prolongará previsiblemente durante dos años (y en los que la economía británica deberá seguir contribuyendo a los presupuestos de Bruselas mientras se gestiona la transición).
El Secretario del Tesoro prometió un "margen fiscal" para apoyar la economía en la difícil travesía hacia el 2020 y aseguró que la intervención del Banco de Inglaterra (bajando los tipos de interés e inyectando liquidez en la economía) han sido vitales para amortiguar el efecto post-Brexit.
La Oficina del Presupuesto ha rebajado la previsión crecimiento para el 2017 al 1,4%, frente al 2,2% de antes del referéndum. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado aún más su previsión y proyecta un crecimiento del 1,1% para el próximo año, el menor desde el 2009.
Aun así, y pese a las turbulencias iniciales, Hammond reconoció que la economía británica ha demostrado su "resiliencia" con cifras como la menor tasa de desempleo de los últimos 11 años y la recuperación de la actividad comercial y sectores clave como el inmobiliario.
Todo parece indicar que la caída de la libra (que se ha depreciado un 10% frente al euro y un 16% frente al dólar) ha tocado de momento fondo. El Gobierno mantienen una vigilancia especial sobre la inflación, otro de los efectos indeseados del Brexit. Aún así, el gran talón de Aquiles de la economía británica sigue siendo, según Hammond, la baja productividad: "No es normal que los alemanes consigan hacer en cuatro días lo que nosotros conseguimos en cinco".

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