VIAJE A TURQUÍA 4º PARTE. KONYA- ABRIL 2009

Konya
Ciudad de Anatolia y capital de la provincia de Konya. La visitó San Pablo. Y fue capital del sultanato selyúcida. En la actualidad tiene unos dos millones de habitantes. Hay muchos ejemplos de la época de la arquitectura turco islámica. Lo más importante de Konye es el Museo de Mevlana. Está al lado de la mezquita del sultán Selim II. Mevlana Rumi era un gran místico fundador del convento de los famosos derviches giróvagos.
-Giro…qué?
-Vagos.
-O sea, no trabajan mucho.
-No. O sea, sí. Son como monjes iluminados. Bailan dando vueltas como peonzas. Suelen vestir de blanco. Y en ese baile está la base de su iluminación. Dando vuelta se iluminan.
-Mira tú qué práctico. Pero en fin. Konya es la sede temporal y espiritual de los derviches. El baile de los derviches no es caprichoso. Llevan un sombrero de camello que representa una lápida. Llevan una túnica blanca que es el sudario fúnebre. Los derviches bailan como los cuerpos celestiales. El brazo derecho lo exienden hacia arriba con la palma hacia el cielo. El izquierdo hacia el suelo simbolizando la gracia recibida de Dios. Y repartida a la humanidad. Cuando los danzantes giran repitan un canto. Es el deseo de unión mística. Jalad ad-din Rumi nació en Afganistan. Cuando tenía doce años su familia dejó Persia y se fue a otra parte. Llegó a conocer a muchos eruditos. El muchacho era un culito inquieto. Siempre interesado por todo lo culto y espiritual. El padre de Rumi se fue a Konya.
-Qué konyo, que nos vamos a Konya!!-Dijo el padre, contento.- En esta época el mundo islámico estaba un poco agobiado por las invasiones de los mongoles. El muchacho Rumi empezó a interesarse mucho por lo erudito y los sufis. Se inició en los misterios del sufismo. Para empezar hizo un estricto retiro de cuarenta días ayunando. Con otras disciplinas y meditación.
Con el tiempo Rumi creció en la ciencia de Dios. Los grandes maestros le dijeron que ya estaba preparado. Entonces se convirtió en maestro del sufismo. Se concentró en la enseñanza, meditación, ayuda a los pobres. Tenía unos cuatrocientos estudiantes que iban a su clase. Rumi se dedicó a escribir poemas. Y a instruir en el sufismo. Creó la danza de los derviches giróvagos. Rumi escribió una monumental obra. El Masnavi. Pero él no escribía sino que recitaba. Donde fuera. En un paseo, en los baños, haciéndose una tortilla, jugando a la petanca o mientras hacías sus abdominales. Su amigo Husamedín escribía.
-Es que a mí escribir no me va.
-Pero charlar sí que charla.
-La idea fue tuya.
-Tienes más razón que un santo.
-Es que soy un santo…-Rumi falleció el 17 de diciembre de 1273, en paz y rodeado por su progenie espiritual, que incluía también a su familia más cercana. Su tumba en Konya es uno de los lugares de peregrinación para el mundo islámico. Y el centro espiritual de Turquía.
“¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo.
No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.
No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.
No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán.
Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la sinseñal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.
He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.
Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida; no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana. “