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domingo, 25 de enero de 2009

LA CIENCIA AVANZA QUE ES UNA BARBARIDAD. CAPÍTULO 2


LA CIENCIA AVANZA QUE ES UNA BARBARIDAD.

CAPÍTULO 2: COMO HACER UN TRASPLANTE DE PÁNCREAS.

Para hacer un trasplante de páncreas necesitamos varias cosas. A saber:
-Un páncreas sano.
-Una persona que necesite un páncreas.
-Un médico o señor que ha estudiado mucho que es especialista en trasplantar páncreas. Quien dice señor, dice señora. No seamos sexistas.
-Un lugar llamado quirófano. Que es un sitio muy limpio donde hay como una camita blanca. Ahí ponen al paciente. Y alrededor se colocan los médico y gente científica y sabia. Suele haber una lámpara arriba. Claro, las lámparas suelen colocarse arriba. Y hay alguien que limpia el sudor al médico. O eso sólo pasa en las pelis. Pero suele ser una chica guapísima que se dedica a limpiar el sudor. Se llama “enfermera limpiasudores”. Pero no sabemos si es realidad o sólo una leyenda urbana.
-Instrumentos varios. Cosas de cortar, de poner y sacar. Tijeras, cuchillitos, pinzas, martillos, fonendoscopios, tijeras de uñas para gatos, alicates, llave inglesa, destornillador…y como instrumentos podemos encontrarnos hasta algún que otro caramillo. O flauta travesera. O unos bongos. O maracas.
-Mascarillas de esas que tapan la cara de los médicos y enfermeros para que no haya microbios. O para evitar que hablen entre ellos. Este es un misterio todavía sin resolver.
-Un gorrito que se ponen también para que no se caiga un pelo en el páncreas. O simplemente porque les queda a juego con la mascarilla. También es un misterio sin resolver.
-Un uniforme de operar páncreas. Que suele ser verde. O azul. O blanco. Según el color del gorrito y de las mascarillas.
Dicho lo dicho, veamos qué es el páncreas.
El páncreas está en la parte detrás del abdomen. Tiene una forma….rara. Como un pimiento. Pero no es verde. Es rosita. O de un color indefinido. En la foto lo estoy viendo color salmón rosita. No sé.
Produce algo que se llama enzimas digestivas. Las enzimas son moléculas de proteínas. Como su nombre indica NO están encima. No confundamos. Pueden estar también abajo, delante o detrás, se mueven como quieren.
Se dedican a acelerar y facilitar las reacciones químicas en los tejidos. Como dando ánimos para que haya buen trabajo.
Algunas enzimas están en el interior de las células. Son encimas más introvertidas. Más concentradas. Más reflexivas. Ya que están en el interior. Transforman los nutrientes que llegan en otras cosas.
Las enzimas digestivas reconocen los materiales sobre los que pueden actuar. Cada encima actúa para cada alimento. Y cada encima trabaja en zonas concretas. Son muy selectivas. Nada de caos. Son muy maniáticas. Si una enzima reconoce y actúa sobre las lentejas, nunca actuará sobre los filetes de pollo. Si una enzima trabaja en los pasteles de chocolate ni se tratará con las que se encargan de los pasteles de fresa. Así son las cosas. Al pan, pan y al vino, vino. Quien a buen árbol se arrima, amanece más temprano. Creo.
Las enzimas que nos ocupan, van al duodeno. O al intestino delgado. Que es lo mismo. De ahí todo lo que sea duodenal. Un dúo nunca será un trío. Quede dicho.
También esas encimas produce unas hormonas que se van ahí a la sangre. Una de esas hormonas es la insulina.
La insulina regula los niveles de azúcar de la sangre. O sea, se dedica a ver si hay más o menos azúcar con un aparato probablemente, un “azuquirómetro”, que le dice cuánto hay. Si hay más de lo debido, la insulina utiliza su fuerza interna para hacer desaparecer lo que sobra. Se concentra, abre sus brazos, agarra lo que no debe estar y se lo come. Y lo hace desaparecer.
Esta insulina no viene así porque sí. Nacen de unas células especiales del páncreas llamadas “islotes de langerhans”. Dicho así parece el nombre de un helado. Pero no. Son células del páncreas.
Y ahí tenemos al páncreas con sus células islotes que crean la insulina que regula el azúcar. Lo que significa que para regular el azúcar necesitamos ese langerhans. Que, insistimos, no es el nombre de un helado alemán.
Al páncreas le afectan algunas enfermedades. La más común es la diabetes tipo I.
¿Cómo se produce la diabetes? Pues un día la persona está ahí tranquilamente haciendo cualquier cosa. Leyendo el periódico. Viendo la tele. O escalando el Everest. Y en un plisplás, se produce un ataque. Unas micro-cosas atacan a las células de los islotes que producen la insulina. Es una guerra. Como tal, se producen bajas. Como hay bajas, no hay insulina suficiente. De esta forma esto lleva a un excesivo nivel de azúcar en la sangre. El azúcar se acumula. Y no es bueno.
Así la persona que estaba escalando el Everest o en la tribu de las mujeres jirafa en Tailandia, se convierte en diabético. Que es una persona normal pero con una enfermedad. En los tiempos de nuestros abuelos la gente se moría. Ahora….también la gente se muere. Tenemos que morirnos. Pero la enfermedad se está controlando más. Poquito a poco.
La diabetes además puede provocar más problemas. Problemas visuales. Desórdenes nerviosos y enfermedad del riñón. Por esta razón, los enfermos diabéticos tienen que inyectarse insulina todos los días. Ya que su cuerpo no la produce. O no produce la suficiente.
El trasplante de páncreas utiliza un páncreas obtenido de alguien que ha muerto y que ha donado el órgano. Y que estará en el cielo por su acto tremendamente caritativo y maravilloso.
“Al paciente receptor, bajo anestesia general con monitorización permanente de la glicemia y el uso de insulina, se le efectuará una incisión mediana infraumbilical para acceder a la cavidad peritoneal y realizar el trasplante de todo el páncreas con un segmento duodenal; iniciando la revascularización del injerto mediante anastomosis término-lateral entre la arteria mesentérica superior del injerto con la arteria iliaca primitiva derecha del receptor. El drenaje venoso se realiza mediante la anastomosis término-lateral de la vena porta a la vena iliaca primitiva derecha.El duodeno se deriva a la vejiga o al yeyuno mediante una Y de Roux. “
¡¡Pedazo de explicación!! ¿Alguien ha entendido esto? Yo no. Bueno, expliquémoslo bien.
Tenemos al paciente, con su anestesia general. En la camilla y en el quirófano, que ya vimos antes qué era eso.
El páncreas enfermo del paciente diabético se queda en el mismo sitio. Y ahí está el médico que realiza una incisión o corte en la línea abdominal media. No sé exactamente dónde está esa línea pero seguro que habrá alguien que lo sepa. Bajo el ombligo más o menos. O sea, se hace una rajita y se abre para meter el órgano. Si no se abre, difícilmente se pueda meter nada, como comprenderéis todos.
Esta operación se hace frecuentemente en conjunto con el trasplante de riñón en pacientes con insuficiencia renal como consecuencia de la diabetes. Renal no viene de renos. Sino de riñón. Todo tengo que aclararlo.
O sea, ya que se abre, se meten dos órganos. Como cuando voy a entrar en el probador de una tienda de ropa. Ya que voy a probarme un vestido, tomo diez o doce para probarme. Y pierdo menos tiempo. Aunque luego no me compre ningún vestido.
Pero dejemos la moda y volvamos al quirófano.
El duodeno del donante ya que está adherido al páncreas, es suturado al intestino delgado del receptor para permitir que las enzimas digestivas producidas por el páncreas del donante drenen hacia el intestino delgado.
Dicho así no hemos entendido nada. ¿Verdad? Bueno. Suturar es coser. Más o menos. O sea, se cose el duodeno del donante al del receptor. Así las enzimas de ese duodeno entran en el intestino delgado del receptor. Que es lo que interesa. Que entren enzimas.
Los vasos del páncreas donado son cosidos a los vasos que alimentan la pierna localizados en la ingle. Y ya está. Todo se cose. Lo que estaba abierto se cierra. Queda la cicatriz. Pero casi ni se nota.
El paciente, pacientemente como su nombre indica, no se ha coscado porque está en estado de anestesiamiento. Se va despertando poco a poco. Cuando se despierta se encuentra en otro sitio lleno de aparatitos que suenan y cables. Pero ésa es otra historia.
Parece lógico pensar que si una persona diabética recibe un trasplante de páncreas se curará de la enfermedad. En general eso es lo que pasa.
Pero a veces nuestro organismo tiene un sistema que permite discriminar las partes propias de las que no lo son.
-Mirad!! Han puesto algo nuevo por aquí.
-Vamos a echarlo
-No puede estar aquí.
-¿Y si intentamos integrarlo?
-Ni se te ocurra. Esto no iba con el pack sacado de fábrica del individuo.- Dice el antígeno leucocitario.
-Pero no siempre lo nuevo tiene que ser malo…
-Cierra el buzón….-Y ahí…se desencadena una especie de guerra en el cuerpo para intentar expulsar al recién llegado. Ellos no saben que es algo bueno. No se les ha informado.
Por eso no vale cualquier páncreas. No. No es tan fácil. Tiene que haber compatibilidad. Esta compatibilidad lo da el antígeno leucocitario humano. Que es una proteína que se encuentra en la sangre. O sea ese antígeno es quien te dice “ése páncreas sí, aquél no. “ Y hay que aguantarse.
Los enfermos trasplantados deben tomar inmunodepresores para evitar que su sistema inmunológico combata al nuevo órgano. Para que lo echen, vamos.
Los efectos secundarios pueden ser serios. De cada diez personas puede morir una antes de que haya pasado un año del trasplante.
Cuando el trasplante ha tenido éxito el paciente ya no tiene diabetes. Y es muy poco probable que vuelva a tener esta enfermedad.
Puede haber rechazo en el trasplante de páncreas. Esto pasa aproximadamente en el 50% de los casos. Si el trasplante fracasa la persona vuelve a tener diabetes.
Se está investigando en la idea de aislar exclusivamente los islotes que producen insulina en el páncreas del donante. Y de inyectarlo directamente a la sangre del paciente diabético. Para que vayan a su sitio y produzcan insulina. O sea, se localizan las islitas o islotes. Se les toman con una inyección y se le ponen al enfermo. Cuando los langerhans están en el cuerpo del enfermo buscan su sitio, con su sentido de la orientación, y se ponen a construir insulina como locos. Y así no hace falta el trasplante tan aparatoso con agujas, cosidos, suturas, hacer agujeros, y manejar cosas blanditas.
Esto se llama “trasplante de islotes de langerhans” y todavía es experimental. Pero sería estupendo que se descubriera. Así que…hala, a investigar

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