Nuestro segundo día fuimos a Palmira. Dejamos el hotel de “cinco estrellas” en el que estábamos y nos dirigimos a otro sitio.
Palmira fue una antigua ciudad nabatea que se construyó en el desierto. Ciudad de las palmeras y los dátiles. Sólo podemos ver ahora ruinas bellísimas. Palmira fue la capital del imperio de Palmira. Había una reina que se llamaba Zenobia y ella se encargó de dar órdenes y hacer cosas. Pero llegó Marco Antonio y los palmiritanos huyeron como alma que lleva el diablo. Se convirtió Palmira en una ciudad romana. Con un par….de columnas. Y la ciudad prosperó al estar situada en la ruta de la seda. Palmira con la reina Zenobia fue independiente durante un tiempo. Pero los romanos acosaron hasta que la derrotaron. El emperador Aureliano se llevó encadenada con cadenas de oro a la reina. Dicen que al final la personaron y vivió feliz en Roma. Pero hay otros que dicen que ella se suicidó por haber dejado a su pueblo y haber sido vencidos. Quién sabe. Destaca en Palmira el templo a Baal. Que era un dios que aparece mucho en la biblia porque siempre los hijos de Israel eran infieles al dios de Israel adorando al baal este. Por lo que siempre estaban castigados. Pero luego eran perdonados. Hay una gran columnata, grandes calles, y el templo de Nebo, otro dios. Se conservan restos del palacio de Zenobia, del ágora, y muchas cosas…Al salir de Palmira hay un paisaje misterioso con construcciones como torres cuadradas. Es el valle de las tumbas. Hay diferentes tipos de tumbas. Para los diferentes tipos de niveles sociales, culturales y todo eso.
-Como ahora.
-Equilicuá.
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