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miércoles, 6 de octubre de 2010

Rock Hudson Home Movies

Tiempo de vida

Descubrí una película genial de Mark Rappaport. Se titula Rock Hudson Home Movies y es una suerte de falsa autobiografía del actor que lució más pectorales durante varias décadas en Hollywood. Otro actor interpreta al célebre Rock Hudson, o más bien lo reinterpreta, y va relatando en primera persona su peripecia en el mundo del cine, desde sus inicios hasta su propia muerte. Toda la película se convierte en un dispositivo de demolición del mito, revelando su homosexualidad encubierta detrás de cada plano, cada gesto y cada diálogo. Una auténtica bofetada a la industria del cine americano, que durante años se dedicó a ocultar la verdadera personalidad y las inclinaciones sexuales de muchas de sus estrellas. En el caso de Hudson no fue solo eso, porque además se construyó un arquetipo de hombre viril y seductor que nada tenía que ver con la realidad.
El Hudson que narra su vida nos cuenta que decidió dedicarse a ser actor cuando, a los doce años, vio la imagen del actor Jon Hall en una película de John Ford (The Hurricane), saltando al mar desde el mástil de un barco. El cuerpo atlético de la estrella zambulléndose en el agua lo dejó extasiado. Quería ser eso. Muchos años después descubriría que el hombre que saltaba desde el barco era en realidad un doble de Jon Hall, pero entonces era tarde para cambiar de profesión.
A pesar de que todo Hollywod conocía su homosexualidad, los estudios de la Universal le obligaron a firmar un contrato que le prohibía revelar este hecho y llegaron a organizarle un matrimonio express para despistar a la prensa. Sus personajes casi siempre representaban al marido que toda mujer deseaba tener, pero nada impidió que Hudson muriese de sida en 1985. Lo más emocionante es intuir a la persona que hay detrás de todas esas películas y de toda esa larga labor de ocultamiento. Sólo el cine puede mostrarnos el paso del tiempo de esta manera, a través de los actores y las personas que prestan sus rostros y sus cuerpos y los dejan a merced del tiempo.
Volví a pensar en Rock Hudson Home Movies mientras veía La vida en tiempos de guerra, en la que Todd Solondz recupera a los personajes de Happiness, su película más celebrada. Recuerdo lo mucho que me impactó en su momento; hoy apenas recuerdo mucho, algunos de los momentos más pertubadores y poco más. Pero me parece que aquella película tenía la virtud de no juzgar a sus personajes, y eso era lo que la hacía más interesante. Ahora todos parecen sentirse culpables, incluído Todd Solondz. Por si teníamos alguna duda, nos dice que aquel padre pederasta era un enfermo, y un poco lo mismo con todos los demás.
Lo curioso es que vuelva a interesarse por sus criaturas de ficción y no se interese por los actores que las interpretaban, pues ha repartido los mismos papeles a otros. Supongo que es un gesto de modernidad y de libertad creativa pero, al menos para mí, la película pierde gran parte de su interés a raíz de esta decisión. A Solondz le interesa más el juego discursivo y metacinematográfico y nos priva de ver a los personajes envejeciendo en las personas que los dieron vida por primera vez. Sería el ejercicio contrario al de Mark Rappaport, que nos habla de un mismo rostro a través de diferentes personajes, la demostración de que el cine trabaja las personas y los cuerpos, y de que las imágenes está llenas de secretos, pues entre plano y plano suceden cosas que sólo podemos advertir si prestamos un poco más de atención. Descubriremos matices y sutilezas allí donde nunca nos habríamos parado a mirar.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/elvientosopladondequiere/2010/10/06/tiempo-de-vida.html

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Rock Hudson no era viril? ¿Ni seductor?

Anónimo dijo...

por supuesto que era viril y seductor!!!!

sara dijo...

y un gran actor!!