- Los aficionados brasileños han abucheado y pitado en sus tres partidos a la
selección española, considerada como la gran amenaza 'canarinha'
Cada vez que la grada de Brasil, da igual la sede, ve 11 tipos vestidos de
rojo, tocando el balón como si no hubiera mañana, bailando con el rival, los
silbidos y abucheos se convierten en la banda sonora del momento. Recife, Río de
Janeiro, y Fortaleza, con sus estadios Arena Pernambuco, Maracaná y Castelao,
respectivamente. Igual dio Uruguay, que Tahití que Nigeria. Incluso se ve por
los asientos alguna imagen a tamaño natural de Shakira, la compañera sentimental
del central español Gerard Piqué, con la que varios seguidores brasileños
juguetean entre contorneos sexuales. Tres rivales, tres parajes en los que la
España campeona del mundo y doble reina de Europa ha sido silbada y abucheada.
Es la gran amenaza de Brasil. La gran pesadilla para cualquiera. El ogro sobre
el que los aficionados 'canarinhos' dirigen sus iras, sea quien sea el
adversario. Un aperitivo de lo que puede ser una final frente a Neymar y
compañía. De lo que puede ser el próximo MundialEn el mítico Maracaná, la grada adoptó los colores de Tahití como propios y miles de gargantas abuchearon una y otra vez las maravillas de los jugadores españoles frente a un rival muy inferior. En uno de los ambientes más hostiles frente a la selección española de los últimos tiempos. Incluso llegaron a acompasar cualquier intercambio de pases entre los jugadores de Oceanía entre 'olés'. El punto álgido llegó con el fallo de Fernando Torres en el lanzamiento de penalti, momento en el que estallaron de júbilo. Y aunque la sonrojante goleada era ya un hecho, con 10-0, los seguidores siguieron a lo suyo: "Oooooh, vamos a remontar, Tahití".
Y esa música, con distinta letra, continuó frente a Nigeria. Metamorfosis, eso sí, en contra de los intereses de la selección española. "Oooooh, España puedes esperar, tu hora va a llegar", cantaban a coro los miles de seguidores del estadio Castelao de Fortaleza. Partido que no se perdió ni siquiera una silueta a tamaño real de Shakira, pareja de Piqué, con la que se divirtieron de lo lindo algunos fans. Las 'Águilas Verdes', como no, también jugaron como locales, con el ambiente de cara. Regresaron los 'olés' ante las jugadas de los africanos, los '¡huys!' por cada ocasión fallada y los abucheos cada rondo interminable de la selección española.
Enamorados de Iniesta
Para Vicente del Bosque es comprensible la reacción. "No me sorprende. Tenemos que entender que, por lo general, la gente está a favor de los más débiles", analiza el seleccionador español. "Y también está el hecho de que somos una amenaza para el título", añade. Esa es la clave principal de todo lo que acontece en la grada.
Sólo dentro del estadio, eso sí. Desde el primer instante en que pisó suelo brasileño, la selección española ha recibido continuas señales de admiración. Decenas de aficionados en la entrada a su hotel de concentración, aguardando la salida de los ídolos. Además de una enorme cantidad de camisetas rojas. "En el trayecto entre el hotel y el estadio y en los entrenamientos siempre tenemos el afecto de todos", asegura Del Bosque.
Aún resta un último capítulo antes del hipotético duelo final ante Brasil. El partido esperado, que tendrá que pasar antes el filtro de Italia. Habrá que ver en que lado se posiciona una grada, que suspira por ganarle el título a España pero se estremece ante otro posible 'Maracanazo'. Aunque para eso, la 'canarinha' deberá deshacerse previamente de Uruguay en semifinales.
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2013/06/25/futbol/1372152498.html
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