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lunes, 7 de diciembre de 2009

EL KAMASUTRA:EL AMOR COMO EL HOMBRE. INICIATIVAS


EL AMOR COMO EL HOMBRE. LAS INICIATIVAS DEL HOMBRE DURANTE LA UNION

Dicen que si la mujer ve que el hombre está cansado pero que quiere continuar haciendo el amor, puede ponerlo debajo…
-¿Debajo? ¿Debajo de qué? ¿De un puente?¿De una encina? ¿De un camión? El pobre… sólo por estar cansado…
-No me has dejado terminar. Debajo de ella.
-O ella ponerse encima de él.
-Lo mismo da que da lo mismo.
Pues eso, para que el pobre infeliz no se canse la chica se pone encima y continúa el trabajo. Por eso la gente de esta época kamasutrense, lo llama “hacer el amor como el hombre…”
-¿O sea, hacerlo rápido y mal?
-Pues no. Colocarse encima. Es que no me escuchas. Pero tiene que estar autorizada. O sea que exista una cláusula entre los dos por la que la mujer puede adoptar esta posición claramente dominante.
-Qué melindrosos…
En fin, sea como sea, así se puede continuar y puede ser muy interesante. También se puede directamente comenzar así. Con la mujer en la posición de arriba. Siempre tiene que haber flores por ahí esparcidas…
-Mira qué tontería lo de las flores. Con el repeluco que me dan…
-Pero es romántico los pétalos por ahí…
-Sí…metiéndose en todos los huequecitos de tu cuerpo…
-¿Lo has probado?
-Pues no. Pero me lo imagino.
En fin, estos siguen con lo mismo. Fingiendo amenazas, golpes, risas y toda una parafernalia que hace imposible eso de hacer el amor un lunes por la mañana antes de ir al trabajo. Esas sesiones rápidas que pueden durar 6 minutos.
Pero en fin…que esta posición es la masculina, según ellos. Y eso es una novedad. Tantas acrobacias, pierna detrás de la oreja, haciendo el pino, con un pie encima del esternón…y luego se asustan con una posición tan normal.
Otra cosa digna de mención es que la mujer debe fingir oponerse primero. Estar como distraída. Como la que no quiere la cosa.
-Hacerse la estrecha.
-Equilicuá.
Entonces el hombre tiene que ser directo. Pero no tanto. Tocarla en algunos sitios. Y así intentar seducirla. Si no, se acude a la violencia. Se la agarra por los pelos. Y aquí paz y después gloria...
-Qué cacho animales.
-Sí.
-Pero así poco a poco, el mindungui va descubriendo cómo puede satisfacerla. Saben que todo es un juego. Que ella tiene que fingir. Y él buscar las cosas. Y tiene que saber cuándo una mujer tiene un orgasmo. Según estos uno sabe que la mujer llega al clímax si mueve las manos, suda, muerde, no deja que el hombre se levante, le arrea con el pie, la da vueltas la cabeza, habla en arameo, levita y recita trozos de la Odisea.
-Estos lo flipan.
-Y tanto. No hacen el amor con una mujer, sino con la niña del exorcista.
-Ya te digo.
También dan lecciones de cómo hacer que una mujer tenga un orgasmo. Aconsejan que se utilicen los dedos y esas cosas. Y que luego la penetren. Y hay distintas clases de penetración. El aleteo, el puñal, la muela, el golpe de viento, la embestida del jabalí, el juego del gorrión…
Cuando el hombre mueve su pene hacia todas partes se llama aleteo.
-¿Aleteo? ¿No será que simplemente se lo está ventilando? Se lo podría llamar el ventilador.
-No te pases…
El puñal es cuando la penetración es desde arriba. O sea que el cuchifritín del hombre está como en vertical. Si es el contrario, o sea está abajo, se llama la muela.
-¡No amueles!
Si el hombre sube su pubis y hace una penetración desde muy arriba, como cogiendo carrerilla, se llama golpe de viento. Yo lo llamaría golpe de taladro. No sé. El golpe de jabalí es cuando es a lo bestia. Si se para y luego sigue es el juego del gorrión. El torno es cuando el pene está dentro de la mujer y ella lo aprieta. Si ella se mueve como una rueda se llama la peonza.
-¿Lo cualo?
-Pues no sé. La mujer se las apaña para hacer de batidora mientras tiene el pirindolito del hombre dentro. Esto está en la fantasía de algún colgado. Porque es humanamente imposible. Pero bueno. El caso es ponerle nombrecito a casa variante. Y que todo parezca mucho más complicado de lo que realmente es. Eso sí, se dice que no se permita hacer el amor como el hombre, o sea ella encima, a las mujeres demasiado gordas. Porque podrían dejar sin respiración al alfeñique que se encuentre debajo.
-No son tontucios…
-Parece que no.

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