Giuseppe Conte, el auténtico contrapeso de Matteo Salvini
En el
complicado proceso de formación de Gobierno que siguió a las elecciones
de 2018, uno de los principales empeños del presidente de la República
italiana fue que el candidato a presidir el Consejo de Ministros de la
coalición M5S-Liga fuese una figura caracterizada por su experiencia y prestigio.
Mattarella, amparado por el artículo 92 de la Constitución de 1948, el
cual le atribuye la función de guiar y acompañar la formación de
Gobierno, aspiraba a elevar un perfil de renombre para compensar el amateurismo de Di Maio y Salvini. Sin embargo, la propuesta de M5S y Liga fue otra: Giuseppe Conte, un desconocido profesor de Derecho en la Universidad de Florencia.
Desafiando las orientaciones de Mattarella, la candidatura de Conte ponía en el centro de la política italiana a un nombre sin recorrido político, sin experiencia administrativa y sin ningún vínculo
reconocido con la vida política de los partidos italianos. En el
discurso del M5S y la Liga, el nombramiento de Conte daba cima al
principio populista, de raíz rousseauniana, que hace de la ausencia de
experiencia, conocimiento y vínculos con el poder la mejor garantía contra los vicios y arabescos de la política tradicional. Giuseppe Conte, que juró su cargo hace un año presentándose como "abogado defensor del pueblo" en sintonía con el populismo del Gobierno, ha presentado su dimisión, paradójicamente, con un discurso en el que ha reivindicado su perfil de garante de las instituciones frente a las exuberantes muestras de poder de Salvini. La clave de su discurso, precisamente, ha sido un duro ajuste de cuentas con el Ministro del Interior, acompañado de la presentación de un programa político como canto al europeísmo. Con el cual, ahora que la maquinaria institucional vuelve a ponerse en funcionamiento para formar un nuevo Gobierno, presenta su candidatura a seguir teniendo un papel en la política italiana.
Lo cierto es que Conte ha acusado a Salvini de irresponsabilidad por romper el Gobierno cabalgando un estado de opinión favorable. Pero no puede descartarse que el propio Conte esté diseñando su futuro a lomos de encuestas que le otorgan desde junio un consenso creciente en torno al 12%. En un escenario político personalista y sin partidos fuertes, la mejor brújula para interpretar cada gesto sigue siendo la posibilidad de maximizar el poder. Y nadie da una puntada sin hilo.
https://www.elmundo.es/internacional/2019/08/21/5d5c1b3f21efa029038b462f.html
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