Melania Trump, la nueva primera dama de Estados Unidos
La esposa del presidente electo, Donald Trump, es la segunda en nacer fuera de Estados Unidos tras Louisa Adams, a finales del siglo XIX
La pareja se casó en 2005, en una de esas fiestas de
relumbrón a la que asistieron los que han sido sus rivales en los
últimos tiempos, los Clinton. Es el tercer matrimonio para el magnate,
que tiene un hijo con Melania —Barron, de diez años— y otros cuatro de
sus dos matrimonios anteriores.
La exmodelo, de por sí discreta, se ha prodigado poco
en la campaña, en la que ha tenido más presencia pública Ivanka Trump,
la segunda hija del magnate. El tropiezo en la convención republicana en
julio, cuando se descubrió que había plagiado parte de un discurso de
Michelle Obama, la retrajo aún más. Llegó a dejarse ver tan poco, que en
las redes sociales se popularizó el hashstag #WhereisMelania ("dónde
está Melania").
Como primera dama, Melania Trump ha asegurado que
tendrá "un rol tradicional"; similar al de Betty Ford o Jackie Kennedy,
ha apuntado alguna vez. Su centro de preocupación será el futuro y la
seguridad de los niños, como recordó hace unos días en su primer discurso público tras el plagio.
Una intervención en Berwyn, una pequeña ciudad de Pensilvania, en la
que reivindicó el ideal reaganiano del esplendor estadounidense y llamó
al entendimiento: “Tenemos que encontrar una forma mejor de hablarnos,
de discrepar, de respetarnos”, dijo.
Paradójicamente, la exmodelo, una inmigrante eslovena a
la que todavía se le nota el acento, encarna precisamente el colectivo
con el que más problemas ha tenido el presidente electo: mujer y
extranjera. Y quizá más lo segundo, ya que muchos la consideran en
realidad la primera dama inmigrante debido a que pese a haber nacido en
Reino Unido, el padre de Louisa Adams —esposa del sexto presidente
estadounidense, John Quincy Adams, que gobernó entre 1825 y 1829— era
americano.
Sin embargo, en las trifulcas de Trump a cuenta de la
inmigración y el sexismo, Melania ha salido al rescate de su esposo:
inmigró a Estados Unidos, sí, admite, pero de forma legal; y su marido
ha hablado de forma sexista, quizá, pero en un contexto determinado,
argumenta: en una charla jocosa y masculina, o bien en respuesta ataques
de mujeres.
En la eslovena Sevnica, la localidad de nacimiento de
Melania, muchos se congratulaban este miércoles la victoria de Trump.
"Es muy importante para nosotros porque somos un pequeño país de Europa
central y Sevnica una ciudad pequeña. Son sucesos como este los que
contribuyen a nuestro reconocimiento internacional", ha dicho el
alcalde, Srecko Ocvirk. "La campaña de Donald Trump ya ha beneficiado a
Sevnica. Janko Rezec, uno de los clientes que este miércoles se daban
cita en el Café Central de la ciudad, asegura que la atención mediática
sobre Sevnica, ya les ha beneficiado. "Estoy convencido que las cosas
nos irán mejor ahora", insistía. Mientras, otros permanecen escépticos,
como Valentina, una desempleada de 52 años: "Trump no se ha preocupado
nunca de Europa, y no estoy segura de que ella [Melania], pese a que es
eslovena, pueda influir en nuestro favor".
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/09/actualidad/1478690919_634651.html?rel=mas
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