“Encontré el Olimpo bajo mi cama” es un libro que presenta a la mitología griega bajo un punto de vista cercano.
“Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia”, decía Platón.
La novela va dirigida tanto a personas jóvenes como a personas adultas. Es para aficionados a la mitología y a quienes nunca la comprendieron. Para amantes de la literatura como para apasionados del humor.
Sara González Villegas.
BIENVENIDOS AL OLIMPO
jueves, 17 de noviembre de 2016
Así son las mujeres que conviven con Donald Trump
Así son las mujeres que conviven con Donald Trump
Melania,
Ivanka y Tiffany tienen perfiles muy distintos y algo en común. Todas
han sufrido las consecuencias de los escándalos sexistas del candidato
republicano
Ivanka Trump
cumple a la perfección el rol de hija mayor y a sus 34 años ha hecho
todo por no decepcionar a su padre, que siempre la ha llamado “su
favorita”. Tras el divorcio de éste de su primera mujer en 1991, la
atleta y modelo checoslovaca Ivana Trump, la pequeña Ivanka decidió no
seguir los pasos de su madre y ser más que una celebridad. Estudió en
los mejores colegios y universidades hasta convertirse en la
vicepresidenta ejecutiva de la compañía Trump. Creó con éxito una línea
de joyería y ropa y también trabajó como modelo, llegando a desfilar
para Versace o Thierry Mugler. En una ocasión declaró que, como muchos
jóvenes de su generación, “no tenía claro si era republicana o
demócrata”, y llegó a donar mil dólares para la campaña de Hillary
Clinton en 2007. De hecho era amiga íntima de Chelsea Clinton (ahora se
han distanciado). Ivanka alcanzaba la treintena como una mujer de enorme
éxito, madre de tres hijos y con una enorme proyección de futuro. Pero
el día que Donald Trump decidió presentarse como candidato a la
presidencia de Estados Unidos la burbuja de Ivanka explotó, y los
últimos meses le ha tocado aguantar incontables críticas por lealtad a
su inefable progenitor.
No solo ha sufrido un boicot a su marca de ropa con el hashtag #BoycottIvanka,
promovido en las redes sociales principalmente por feministas e
hispanos. También ha tenido que salir al paso de numerosas declaraciones
de su padre, sobre las mujeres e incluso sobre ella misma. En 1997
cuando Ivanka presentaba el certamen de Miss America adolescente, Donald
Trump se giró hacia la por entonces Miss Universo y le dijo: “¿No te
parece que mi hija está buena? ¿Está buena, verdad?” Cuatro años
después, cuando ella tenía 22, escuchó a su padre referirse a ella en
estos términos: “He ayudado a crear a una de las grandes bellezas de
este mundo, mi hija Ivanka. Es alta y tiene el mejor cuerpo y ha hecho
una gran cantidad de pasta con él”. Hace tres años acudieron juntos a
una entrevista y les preguntaron qué era lo que más les gustaba de
aquello que tenían en común. Ivanka respondió que los negocios
inmobiliarios y el golf, y Trump replicó riéndose: “Yo iba a decir que
el sexo”. En 2006 le preguntaron a Donald qué le parecería si su hija
apareciese en la revista Playboy, y aunque afirmó que no creía que ella
hiciese algo así, volvió a repetir que tenía un cuerpo para ello, para
rematar la respuesta con un “si no fuese mi hija, no me importaría salir
con ella. ¿No es terrible? ¿Cómo de terrible? ¿Lo es?”. A Ivanka no le
ha quedado otra que reconocer que su padre no estuvo bien, y al mismo
tiempo enmendarle la plana. “Me molestó, pero esas historias se han
tergiversado mucho desde entonces. Conozco a mi padre obviamente de toda
la vida y no es un baboso con las mujeres. Tiene un respeto absoluto
por ellas, y definitivamente cree en el mérito individual por encima de
todo”, sentenció.
Como suele pasar con los hijos pequeños, Tiffany Trump
ha conseguido salir bastante más airosa de la campaña presidencial de
su padre que Ivanka. Tiene 22 años y aunque siempre ha estado a la
sombra de su hermana, desde que debutó el mes pasado en la convención
del partido republicano ha acaparado una enorme atención mediática. De
Tiffany se sabe que también ha recibido la mejor educación, que es una
estrella de Instagram con 230.000 seguidores donde sube muchos selfies
junto a su madre, la actriz Marla Maples, y que está saliendo con un
simpatizante demócrata que ha expresado en las redes sociales su deseo
de que gane Hillary. La joven Trump también ha sido becaria en la
revista Vogue y ha desfilado como modelo para su amigo Andrew Warren.
Pero lo que más llama la atención de su currículum es su incursión en el
mundo de la música este mismo año, con un tema pop titulado Like a Bird (Como un Pájaro), que contenía tantos efectos sonoros (el llamado autotune) que apenas se podía reconocer su voz.
Tiffany también ha cerrado filas en torno a su padre. En su discurso
de la convención republicana, tras el que muchos la compararon por su
forma de hablar con Miley Cyrus en su etapa como Hanna Montana, relató
que “su pasión por la excelencia es contagiosa” y que “es un hombre
amigable, considerado y divertido”, para concluir con un “le quiero con
todo mi corazón”. No está de acuerdo con que su padre sea sexista:
“Quiere que seamos las mejores (Ivanka y ella), y tiene una fe ciega en
que podemos hacerlo tan bien como cualquier hombre, si no mejor”. Sus
declaraciones contrastan con sus contadas apariciones en la campaña y
con el desplante que le hizo a su padre en el segundo debate. Él quiso
darle un beso y Tiffany le hizo ‘la cobra’.
No ha trascendido si la ausencia de Tiffany durante la mayor parte de
la campaña ha sido decisión de los responsables de la misma, pero sí
que les hubiese gustado contar más con Ivanka que con la esposa de
Donald Trump, Melania. Aunque la actual mujer del magnate es su antítesis en cuanto a discreción e incluso ha creado tendencia por su elegancia
en el vestir, lo cierto es que no ha servido de gran ayuda para aliviar
los escándalos de su marido. Melania representa a la mujer tradicional,
y simplemente acompaña a su marido sin ejercer de potencial primera
dama con un mensaje político propio. Hace unos días toda la familia se
sometió a una entrevista conjunta en la cadena de televisión ABC. Cuando
le preguntaron a la ex modelo de 49 años por el hecho de que su marido
no haya pedido perdón por sus palabras, ella respondió: “Son todo
mentiras y falsas acusaciones que se resolverán en los tribunales.
Acusar a alguien sin pruebas es doloroso, dañino e injusto”. Finalmente
toreó la incómoda cuestión con un “¿de verdad tenemos que hablar de
esto? A la gente le interesa solucionar los problemas que hay en
América”. En la misma entrevista Eric, uno de los vástagos de Donald
Trump, aseguró que, a pesar de todo, su familia “sigue siendo la marca
del momento”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario