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domingo, 25 de septiembre de 2016

Galicia y País Vasco votan sin esperanza de romper el bloqueo

Galicia y País Vasco votan sin esperanza de romper el bloqueo

El candidato derrotado -con 180 votos en contra y 170 a favor- se mostró entonces dispuesto a "perseverar" en su intento, sin descartar una segunda investidura después de este domingo electoral. Bien por la hipotética incorporación de los votos del PNV a los del PP y Ciudadanos -si el resultado en el País Vasco propiciaba el intercambio de apoyos- o por un posible giro del PSOE hacia la abstención, producto de la presión interna sobre Pedro Sánchez.
Las elecciones autonómicas gallegas y vascas, sin embargo, han ido perdiendo trascendencia a efectos de romper el bloqueo institucional, conforme avanzaba la campaña electoral en ambas comunidades y se recrudecía el enfrentamiento interno en el PSOE. Las fuentes consultadas en los cuatro partidos políticos españoles coinciden en que los comicios en Galicia y País Vasco -independientemente de cuáles sean los resultados- únicamente servirán como meta volante hacia unas terceras elecciones generales. El escenario de la repetición de los comicios no agrada a ninguno de los actores políticos, pero tampoco ninguno de ellos se muestra capaz de evitarlo.
Los más de 3.100 colegios electorales ya han abierto sus puertas para elegir a los representantes gallegos y vascos, en unos comicios que servirán para que los partidos de ámbito nacional puedan medir sus fuerzas.
En la última semana de campaña, el mensaje de Mariano Rajoy ha sido especialmente nítido y claro. Mientras que hace sólo 15 días, el presidente del PP se declaraba dispuesto a seguir intentando una investidura, en los mítines gallegos ha dejado claro que está preparado para ir a unas terceras elecciones como candidato porque cree que las volvería a ganar y que incluso espera más escaños de los que tiene. Con idéntica intención de no alimentar esperanzas para después del día de hoy, el presidente en funciones ha anunciado que no establecerá más contactos en las próximas semanas porque ya ha hecho todo lo que estaba en su mano pactando con Ciudadanos y pidiendo la abstención del PSOE. Los caminos hacia una segunda investidura aparecen intransitables.
La vía de un posible respaldo de los cinco diputados del PNV -todavía latente en algunas cabezas del PP y que necesitaría aún del voto de un diputado de otro grupo para llegar a los 176- ha sido cegada por sus máximos dirigentes en las últimas semanas. Tanto Andoni Ortuzar como el candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, han negado tajantemente que estén dispuestos a facilitar un Gobierno de Rajoy, aclarando que el posible apoyo de los parlamentarios del PP en la Cámara Vasca no será en absoluto imprescindible ni decisivo para que Urkullu siga gobernando.
La segunda posibilidad soñada por Rajoy para ser elegido presidente, una abstención del PSOE motivada por la debacle de este partido en las dos comunidades donde hay elecciones, es ya prácticamente inverosímil, después de la cruenta batalla orgánica desatada en el seno del socialismo. El debate del Comité Federal del próximo sábado no se centrará en el no o la abstención a un Gobierno de Rajoy, sino en las negociaciones de Pedro Sánchez para intentar una investidura alternativa mediante un acuerdo con Podemos y una negociación con los nacionalistas e independentistas. El secretario general del PSOE y los barones críticos encabezados por Susana Díaz mantienen en alto un combate en el que la formación de Gobierno y el control del partido aparecen mezclados de forma inevitable y confusa.
Aun cuando el resultado de las elecciones gallegas y vascas no permita un desbloqueo de la gobernabilidad de España, el recuento de los votos sí tendrá consecuencias para la situación interna y las expectativas, tanto de los partidos como de sus líderes nacionales. Cada uno de ellos dispuesto ya a hacer la lectura que sea más beneficiosa para sus intereses de cara a la más que probable repetición de las generales.
Mariano Rajoy espera resarcirse en Galicia de la derrota de la investidura. La mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo -pronosticada por la práctica totalidad de los sondeos- no sólo consolidaría al presidente gallego como el único líder español capaz de revalidar su poder intacto en plena crisis, sino que sería presentada por Rajoy como un espaldarazo a su estrategia y la antesala de su tercera victoria en generales. No en vano, el líder del PP se ha volcado en la campaña gallega, si bien Feijóo lo ha mantenido a una prudente distancia. Una de las paradojas más notables de las campañas gallega y vasca ha sido la voluntad expresa de todos los líderes regionales de no mezclar las elecciones autonómicas con la situación de desgobierno en España. Como si temieran el contagio.
La pérdida de la mayoría absoluta de Feijóo en Galicia supondría un jarro de agua fría no previsto, abriría el escenario de una Xunta de izquierdas y sería la única alegría que existe en el horizonte de Pedro Sánchez para esta noche. Los sondeos pronostican una dura velada para el líder socialista. Los socialistas retroceden con estrépito en ambas comunidades autónomas. La posición del PSOE como segunda fuerza en Galicia está seriamente amenazada por En Marea, la marca de Podemos en esa comunidad. Y el antaño potente socialismo vasco aparece con la mitad de diputados de los que ahora tiene en el Parlamento de Vitoria.
Con los barones críticos en los talones para pasarle la factura de unos previsibles malos resultados, el secretario general del PSOE puede afrontar muy debilitado una semana decisiva en su lucha por seguir en el puesto que finalizará con el Comité Federal más importante de los últimos años. Tanto la dirección socialista como los líderes regionales opuestos a Sánchez coinciden en que el giro del no a la abstención para permitir un Gobierno de Rajoy es ya imposible porque la militancia se rebelaría contra sus dirigentes. Pero una debacle socialista en este 25-S daría munición extra a los que quieren descabalgar a Sánchez del liderazgo del PSOE.
Paradójicamente, el otro partido que ha exhibido en la campaña sus divisiones internas tiene buenas expectativas para esta noche electoral. Los sondeos indican buenos resultados, tanto para En Marea en Galicia como para Podemos en el País Vasco. La formación liderada por Pablo Iglesias entrará con fuerza en la Cámara de Vitoria, si bien se ha desinflado desde las generales, en las que fue el partido más votado en esa comunidad autónoma.
El PNV, de la mano de Urkullu, seguirá en el Gobierno vasco, ya que los sondeos le sitúan a una gran distancia del segundo partido. La apuesta por un nacionalismo moderado -en contraste con el proceso impulsado por los ya ex nacionalistas catalanes- y la gestión que mantiene a las provincias vascas a salvo de los desastres sociales de la crisis son la clave de la fortaleza del PNV.
El Parlamento de Vitoria, tantas veces escenario de la mayor amenaza sufrida por la Democracia española en forma de terror, aparece ahora como un oasis de estabilidad. La campaña electoral del 25-S ha sido de las más tranquilas y sosegadas que se recuerdan. Ni siquiera la polémica sobre la prohibida candidatura de Otegi ha sido capaz de alterarla.
El cuarto partido nacional, Ciudadanos, afronta un reto difícil en Galicia y el País Vasco. Su presidente, Albert Rivera, es el líder que más presencia ha tenido en ambas campañas, con mucha diferencia. A pesar de lo cual sus expectativas de voto en los sondeos no son muy halagüeñas. No tiene garantizada la representación en ninguno de ambos parlamentos regionales. De confirmarse la derrota, Ciudadanos podría concluir que su pacto con el PP ha tenido algo que ver en ello.para acentuar sus crisis internas.

http://www.elmundo.es/espana/2016/09/25/57e70d28ca47414e448b4575.html

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