La UMP de Sarkozy frena a Le Pen en las elecciones departamentales
Los sondeos a pie de urna al final de la votación indican que los socialistas habrían quedado en tercera posición
La primera vuelta de las elecciones departamentales
que este domingo se celebran en Francia dirimirá una inquietante
incógnita para este país y para toda Europa: dilucidar si el
ultraderechista Frente Nacional
se asienta como la fuerza política con más apoyo popular. Así lo
indican la mayoría de los sondeos publicados estas semanas. Solo algunos
de los más recientes sitúan ligeramente por delante a la UMP de Nicolas Sarkozy, mientras el gobernante Partido Socialista teme una gran derrota.
Las encuestas otorgan a la ultraderecha de Marine Le
Pen entre el 29 y el 30% de los votos, y a la UMP, entre el 27% y el
30%, en ambos casos muy delante del 20% que adjudican a los socialistas.
Si gana el FN, será la primera vez que logra ser la fuerza más votada
en unas elecciones de ámbito nacional, porque ya lo consiguió también en las europeas de mayo pasado con el 25% de los votos.
Incluso si queda en segunda posición, el imparable
avance del FN consagrará un nuevo mapa político en Francia, al sustituir
el tradicional sistema bipartidista de las últimas décadas por otro
tripolar en el que la ultraderecha xenófoba y antieuropea se consolida
como otra formación más en la primera división de la política francesa.
Su implantación por todo el territorio ha quedado demostrada al ser el
partido que más candidatos presenta en estas elecciones.
En estos comicios se eligen a 4.108 consejeros, dos
por cantón, que a su vez determinarán los gobiernos de los 99
departamentos después de la segunda vuelta, que se celebrará el 29 de
marzo. Por vez primera en la historia de Francia, cada candidatura está
obligatoriamente compuesta por un hombre y una mujer. El Parlamento lo
decidió en su día para que haya una paridad total en los denominados
consejos departamentales (asambleas de provincia).
El potencial triunfo de la ultraderecha supondrá un cataclismo político y situará a Marine Le Pen
en una posición muy favorable para disputar las elecciones
presidenciales de 2017. Sin embargo, sus anunciados buenos resultados de
este domingo no se traducirán en un equivalente reparto de poder en los
departamentos.
Por el contario, todos los analistas coinciden en que
sus candidaturas serán derrotadas de forma masiva en la segunda vuelta,
sobre todo por las de la UMP, en muchos casos en alianza con los
centristas. En esos pulsos UMP-FN, la derecha contará previsiblemente
con votos de votantes de izquierda convencidos de que hay que frenar a
la ultraderecha.
Por eso, el ganador final de estos comicios sería el
partido de Sarkozy. Hoy, la UMP gobierna en 41 departamentos y, según
las proyecciones difundidas estos días, conseguirá como mínimo una
veintena más tras la segunda vuelta. El FN, por el contrario, podría
lograr, en el mejor de los casos, solo uno o dos gobiernos
departamentales en el sureste, en las proximidades de Marsella. Aun así,
su éxito sería innegable porque hoy cuenta con un solo consejero
departamental de los 4.042 que hay ahora en todo el país.
El Partido Socialista será el gran derrotado, a la
vista de todos los sondeos y proyecciones. Centenares de sus
candidaturas serán eliminadas en la primera vuelta y acabará perdiendo
entre 20 y 30 de los departamentos que ahora controla. Será su tercer fracaso electoral consecutivo tras las municipales de hace un año,
que ganó la UMP, y las europeas. El desgaste del Gobierno, la elevada
abstención que se espera (superior al 55%) y la proliferación de
candidaturas de izquierda (verdes, comunistas…) lastrarán el voto
socialista.
La campaña del FN se ha basado en tres ideas básicas:
el peligro del islamismo radical, la falta de control de la inmigración y
la equiparación entre las políticas del PS y la UMP. Estos dos partidos
mayoritarios se han centrado en el combate a la ultraderecha. El primer ministro, Manuel Valls, hizo incluso un solemne llamamiento a la “estigmatización” del FN. “Tengo miedo por mi país”, ha reiterado.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/03/22/actualidad/1427017115_701869.html
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