'No se puede estafar a la gente'
Alberto Aceituno, muchos años tras la 'rueda' y acostumbrado a lidiar
con la crisis, los fin de mes, los borrachos, ahora le toca el
Ayuntamiento de Madrid. Este taxista madrileño cree que la 'tarifa
plana' que quieren instaurar para los trayectos al y desde el aeropuerto
de Barajas es pura y llanamente, "una golfada". "No se puede estafar a la gente",
completa su exabrupto contra el consistorio de Ana Botella y su idea de
precios fijos que entrará en vigor el uno de enero de 2014. Este
trabajador cree que no se puede subir, por ejemplo, un 50% el precio del trayecto a una persona que coge el taxi desde el norte de Madrid.
De la misma opinión es Rubén Pérez. Este taxista novel no está de
acuerdo en que el Ayuntamiento les "imponga las tarifas". Otro veterano,
Javier Pulgar tiene claro que esta maniobra persigue "quitar servicio a los taxistas para brindárselos al transporte público: autobuses y metro".
Entre los detractores flota la misma solución a esta tarifa fija que no
entienden por qué no se mantiene. Aceituno da en la tecla: "tenemos el mejor sistema de cobro que es el taxímetro". Eso mismo piensa Antonio Paules quien piensa que se debería cobrar lo que marque este medidor que para eso está.
Hay pocos taxistas entre los encuestados que estén a favor
de la medida. Manuel Personat en principio la ve bien aunque no quiere
decantarse todavía puesto que aún no conoce los detalles. Roberto Muñoz
apela a la llaga que tanto hace sangrar a los taxistas y que tanto
denuncian: los ilegales. "Esta tarifa ayudará a terminar con la piratería",
comentaba. Sin embargo, Aceituno también replica este 'buen propósito'
asegurando que "los piratas muchos son policías municipales que el
Ayuntamiento sabe quienes son puesto que les hemos denunciado".
Un taxi camino de la M-30
La idea del consistorio es clara: establecer un precio
de 30 euros para los trayectos desde el interior de la M-30
independientemente de que sea festivo u horario nocturno. Un mínimo de
20 para los que están fuera de la circunvalación madrileña sea donde
fuere. Esta política ha gustado mucho a los turistas que visitan la
capital ya que "así saben a qué atenerse a la hora de coger un taxi";
sin embargo no ha caído bien entre los habitantes quienes "no entienden
por qué pagar más por un trayecto que antes costaba menos".
Como la medida no entra en vigor hasta el año que viene, los
taxistas aún hablan de ella con la boca pequeña puesto que no tienen ni
idea de si tendrán más trabajo o menos. La idea general es que los trayectos subirán de precio lo que hará que más visitantes se decanten por el transporte público.
Estos precios fijos ya funcionan en las principales urbes europeas e
internacionales aunque los precios, en muchos casos, son más ajustados a
los que el Ayuntamiento quiere aplicar aq
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/latrinchera/2013/10/15/no-se-puede-estafar-a-la-gente.html
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