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lunes, 13 de mayo de 2013

Los hermanos del secuestrador: 'Es un monstruo, que se pudra en la cárcel'

Los hermanos de Ariel: 'No nos dejaba pasar de la cocina y siempre tenía la radio'

La segunda parte de la entrevista que la CNN ha conseguido en exclusiva con los dos hermanos de Ariel Castro, Pedro y Onil, revela todavía más detalles de cómo era la vida del secuestrador y violador de Cleveland.

Si en la primera parte, los dos hombres, que fueron detenidos en un principio y luego puestos en libertad, contaban que estaban escondidos y que estaban sufriendo amenazas y hasta apedreamientos; en la nueva parte, la CNN cuenta que cuando Ariel los invitaba a comer "no podían pasar a la cocina".De hecho, los hermanos Castro ya no se refieren a Ariel como pariente sino como "un monstruo" que merece "pudrirse" en la cárcel

Onil ha contado que supo por primera vez lo que estaba ocurriendo el pasado lunes por la noche, cuando estaba con su hermano en su coche en el McDonalds y una patrulla de la policía lo sacó de golpe. "Le dije: '¿Qué hiciste, te saltaste una señal de stop o un semáforo en rojo?'. Él me contestó: 'No, no. No lo sé'".
Cuando Onil le preguntó al oficial por qué los habían detenido, el policía les dijo: "Todo lo que puedo decirle es que se enfrenta a algunas acusaciones muy graves", cuenta en la entrevista en exclusiva de la CNN.Onil especula con que a lo mejor su hermano ya quería ser descubierto y por eso no cerró la puerta, pero si fue así le recrimina que fuera a casa de su madre a recogerlo: "Tal vez quería ser atrapado. Pero si lo hizo así, no debería de haber ido a casa de mamá y recogerme y dejar que entrara en su coche si sabía lo que iba a suceder".

Por su parte, Pedro ha contado que estaba durmiendo en su casa cuando la policía lo despertó. "Yo no sabía lo que pasaba".

Durante 36 horas, ninguno de los dos fueron informados de por qué estaban detenidos, mientras los dejaron en celdas separadas para interrogarlos.

Sólo después de ayudar a un oficial ejerciendo de traductor de español con otro preso, Pedro Castro se enteró de que la acusación contra él era supuesto secuestro. "Me escribió una palabra en un pedazo de papel. Le dije que no llevaba mis gafas y me dijo: 'Secuestro'. ¿Qué es eso?, le pregunté".

El interrogatorio a Onil


Mientras Onil, en otra celda y sin conocer ningún detalle, vio pasar a su hermano Ariel brevemente cuando iba al baño. "Cuando pasó por delante de mí, me dijo: 'Onil, no me vas a ver nunca más. Te quiero hermano'. Y eso fue todo", explica Castro diciendo que se chocaron los puños y no más.

Sin embargo, Onil volvió a ver a Ariel cuando se lo llevaban para interrogarlo y éste le gritó: "Lo siento Onil. Tú no sabías nada de esto. Lo siento". Y fue cuando se derrumbó y empezó a preguntar qué había hecho su hermano.

Momentos más tarde conoció la respuesta de lo que pasaba, delante de unos detectives en una sala de interrogatorios: "Me mostraron las fotos de las chicas y me preguntaron si las conocía. Les dije que no, que no las había visto nunca. (...) Cuando me dijeron que eran Gina DeJesus y Amanda Berry, mi corazón se derrumbó".

Onil reconoce que estaba familiarizado con las caras de DeJesus y Berry, por los carteles que pegaron por el barrio pero que no se parecían a esas chicas. "'Es por la desnutrición que han sufrido', me dijo un detective".

El hermano del 'secuestrador de Cleveland' asegura que casi le da un síncope cuando le explicaron que estaban retenidas en casa de Ariel. "Yo no lo podía creer, porque, nunca vi ninguna señal de que estuvieran allí".

La Policía siguió un protocolo parecido con Pedro Castro. "El detective me dijo que las tres chicas estaban en casa de mi hermano. '¿Cómo que en la casa de mi hermano?', le pregunté. 'Sí. Él las mantenía secuestradas', me contestó. '¿Quiere decir que están vivas y en la casa de mi hermano?', les insistí. 'Sí', me contestaron". 

Nunca más allá de la cocina

Pedro y Onil han explicado a la CNN que su hermano Ariel les tenía prohibido pasar más allá de la cocina cuando estaban en su casa. "Yo no iba mucho a su casa, pero cuando lo hacía, no me dejaba pasar más allá de la cocina", explica Pedro, quien asegura que cuando cocinaba su hermano les hacía comer en las escaleras.

También ha explicado en la entrevista que había unas cortinas en la cocina que la aislaban del resto de la casa pero que Ariel les explicó que era para ahorrar energía. "Me dijo que quería mantener el calor en la cocina, por la factura del gas", explica Pedro.

En cuanto a si oyeron algo. Los hermanos Castro aseguran que la 'casa de los horrores' estaba siempre llena de ruidos de fondo cada vez que los visitaban porque su hermano "ponía la radio todo el tiempo y si no la televisión, así que no se podía oír nada más del resto de la casa".

Cuando se les cuestiona sobre si nunca se hicieron ninguna pregunta sobre estos comportamientos, Pedro asegura que "Ariel, para mí, era un tipo raro".

"Quiero decir que no me pregunté nada porque no me llamó la atención cuando dijo que era para mantener el calor, porque él siempre llevaba un montón de capas y esas cosas, así que pensé que bueno, que quería mantener el calor adentro", asegura Pedro.

Por su parte, Onil ha explicado que nunca vio "absolutamente nada" inusual en el patio trasero de su hermano, y que no había estado dentro de la casa en un año.

"La última vez que estuve en esa casa fue en la cocina", asegura el hermano pequeño de Ariel de quien dice que era "muy reservado" y encerrado "en sí mismo y con su música", dijo.

La niña de Amanda Berry

Respecto a la pequeña que la Policía ha confirmado que Amanda Berry tuvo fruto de las violaciones que sufrió durante su cautiverio, Pedro Castro ha confirmado en la entrevista que la vio un par de veces fuera de la casa.

"Vi a Ariel con una niña en el McDonalds y le pregunté quién era. Me dijo que era de una amiga suya". Semanas más tarde la volvió a ver con su hermano en una hamburguesería y le preguntó dónde estaba su madre. Ariel le contestó "que ella tenía que hacer algo" y por eso lo dejó estar.

"No tenía ni idea de que esa niña era suya o de Amanda. Lo supe días más tarde".

Pedro y Onil se preguntan cómo su hermano pudo actuar así e insisten en que no tenían ni la menor idea. Si hubieran sabido algo, coinciden ambos, hubieran "ido directamente a la policía".

Ambos explican que el dolor que sienten se ha intensificado por la vergüenza de que el mundo los haya visto como sospechosos de este crimen horrendo. "Esto ha roto mi corazón en pedazos. Me ha matado. Soy un cadáver andante en estos momentos", dice Onil, asegurando que todavía tiene pesadillas por la noche.

http://www.elmundo.es/america/2013/05/13/estados_unidos/1368449486.html

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