BIENVENIDOS AL OLIMPO

lunes, 11 de marzo de 2013

¿Qué pasó en el Cónclave de 2005?

¿Qué pasó en el Cónclave de 2005?
 

"Quien entra Papa al Cónclave sale cardenal". Hemos escuchado hasta la saciedad el viejo aforismo vaticano. Y nos lo hemos terminado creyendo de tanto repetirlo, incluso cuando la historia lo ha desmentido en toda suerte de vicisitudes.
 Los ejemplos más recientes son los de Pablo VI -lo aclamaron incluso antes de asomarse a la Plaza de San Pedro- y de Joseph Ratzinger. Entró el germano como Papa al Cónclave y salió vestido de blanco, aunque los pormenores del proceso electoral forman parte de un misterio cuyos detalles se explican en la pena de excomunión con que la Iglesia penaliza a los indiscretos.
 Casi ocho años después de la victoria aplastante de Benedicto XVI -84 votos de 115 posibles en la cuarta votación- parece haberse amortizado la cuarentena del Cónclave. Ha trascendido en primer lugar que el cardenal argentino Bergoglio prefirió retirarse de la finalísima por mucho que su candidatura estuviera bastante cerca de cuestionar la victoria de Ratzinger.
 No parecía indicarlo que el consenso a favor del cardenal germano se hubiera alcanzado en 24 horas, pero el periodista Marco Tosatti, vaticanista de 'La Stampa', ha descubierto gracias a una "fuente de total solvencia" que Jorge María Bergoglio pidió a sus "patrocinadores" que se abstuvieran de elegirlo. Y que además lo hizo "casi en lágrimas".
 Es probable que el purpurado argentino no hubiera sustituido nunca a Benedicto XVI en el balcón de San Pedro, pero sí pudo haber frustrado la candidatura de Ratzinger, precisamente porque sus partidarios le habían concedido 40 sufragios. Menos, muchos menos de cuantos reunía el colega germano en la tercera votación (72) y al mismo tiempo suficientes para impedirle alcanzar el límite de dos tercios con que se resolvía el 'debate'.
 Se trataba de una minoría de bloqueo que tuvo entre sus "instigadores" la eminente figura cardenalicia de monseñor Martini. Jesuita, como Bergoglio, y discrepante del continuismo ideológico que implicaba la sucesión de Benedicto XVI al frente de la Iglesia.

La carambola del 'outsider'

De hecho, podría haberse producido la carambola del 'outsider' que permitió al propio Wojtyla imponerse en el Cónclave de 1978. Se disputaban la efímera herencia de Juan Pablo I los compatriotas Siri y Benelli, pero la falta de consenso entre sus respectivos "suscriptores" dio ocasión a la sorpresa de un tercer candidato venido del Este: Karol Wojtyla.Semejante precedente pudo haberse materializado en 2005. Joseph Ratzinger lideró la primera votación -47 votos, frente a los 10 de Bergoglio y los nueve de Martini-, se impuso en la segunda -65 papeletas frente a los 35 del argentino- y rozó los dos tercios en la tercera -le faltaron cinco sufragios-, pero fue la discretísima retirada del cardenal bonaerense la que provocó que las distancias se hicieran inasequibles: 84 votos frente a 26.Viene a cuento evocar la historia por la actualidad que han adquirido las revelaciones y porque Bergoglio reaparece en el Cónclave de mañana. Es más, lo hace sin haberse producido la defunción de su rival en las elecciones de 2005. No convertido en favorito -los 76 años lo descartan- pero sí erigido en un gran elector, en un 'king maker', avalado además por su reputación en el escrutinio de hace ocho años y con la misión de fomentar la candidatura de un cardenal transatlántico. El mismo puesto que no quiso él y que ahora se antoja más verosímil con los nombres de Scherer, Maradiaga, Ouellet, Dolan, O'Malley y Wuerl
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/11/internacional/1363008565.html

No hay comentarios: