Los caminos llevan (otra vez) a Tahrir
Al menos 200 manifestantes irrumpieron en la embajada, ubicada en el barrio Garden City, rompiendo puertas y ventanas antes de la intervención de las fuerzas de seguridad. El edificio estaba vacío el viernes, día descanso semanal en Egipto.
Y es que el corazón de Tahrir vuelve a latir este viernes en un regreso a la plaza que algunos han bautizado como el 'día de la dignidad' o 'el segundo viernes de la ira', en recuerdo de la jornada que hace un año se convirtió en la más sangrienta de los 18 días revueltas que enterraron al último faraón.
Más de medio centenar de movimientos y grupos políticos han convocado unas marchas que partirán desde las mezquitas de varios barrios de El Cairo para desembocar en el epicentro de una revolución inacabada. Los participantes volverán a corear algunas de las consignas que sonaron en la céntrica plaza el pasado miércoles cuando decenas de miles de egipcios participaron en el aniversario del inicio del levantamiento: "¡Esto es revolución, no una celebración!", "¡Abajo el régimen militar", "La revolución continúa" o "Pan, libertad y justicia social".
Un año después de una insólita revolución, el kilómetro cero reúne también las divisiones de una transición política que el pasado lunes celebró la primera sesión de una Cámara Baja elegida en las urnas y dominada por La Libertad y la Justicia, el 'brazo político' de los Hermanos Musulmanes. Miembros de la cofradía, que se ha distanciado de los revolucionarios que abogan por la salida inmediata de la Junta Militar, ayudan en el control de los accesos y mantienen una de las tres tribunas que se levantan en el perímetro.
El ágora que liberó a los egipcios ha recuperado las tiendas de campañas y los cobertizos de plástico después de que algunos manifestantes decidieran el pasado miércoles iniciar una acampada. Está previsto además que miembros del nuevo Parlamento distribuyan una declaración en apoyo a las demandas de Tahrir y reiteren su compromiso de defender los derechos de los centenares de fallecidos y los miles de heridos durante las revueltas.
Tras 12 meses de cambio, el camino hacia la democracia es una ruta tortuosa e incierta administrada por unos militares que han juzgado en tribunales castrenses a más de 12.000 civiles y reprimido con brutal violencia varias manifestaciones.
Hace un año el 'viernes de la ira' acabó con los tanques circulando por las calles del país. Tras una dura jornada de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, la policía huyó en desbandada y Egipto se sumió en un estado de anarquía y caos que obligó al entonces presidente Hosni Mubarak a delegar la seguridad en el ejército. Fue entonces cuando se inició una breve luna de miel entre los uniformados y los revolucionarios que ha roto una lenta y abrupta transición.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/27/internacional/1327655702.html
Y es que el corazón de Tahrir vuelve a latir este viernes en un regreso a la plaza que algunos han bautizado como el 'día de la dignidad' o 'el segundo viernes de la ira', en recuerdo de la jornada que hace un año se convirtió en la más sangrienta de los 18 días revueltas que enterraron al último faraón.
Más de medio centenar de movimientos y grupos políticos han convocado unas marchas que partirán desde las mezquitas de varios barrios de El Cairo para desembocar en el epicentro de una revolución inacabada. Los participantes volverán a corear algunas de las consignas que sonaron en la céntrica plaza el pasado miércoles cuando decenas de miles de egipcios participaron en el aniversario del inicio del levantamiento: "¡Esto es revolución, no una celebración!", "¡Abajo el régimen militar", "La revolución continúa" o "Pan, libertad y justicia social".
Un año después de una insólita revolución, el kilómetro cero reúne también las divisiones de una transición política que el pasado lunes celebró la primera sesión de una Cámara Baja elegida en las urnas y dominada por La Libertad y la Justicia, el 'brazo político' de los Hermanos Musulmanes. Miembros de la cofradía, que se ha distanciado de los revolucionarios que abogan por la salida inmediata de la Junta Militar, ayudan en el control de los accesos y mantienen una de las tres tribunas que se levantan en el perímetro.
El ágora que liberó a los egipcios ha recuperado las tiendas de campañas y los cobertizos de plástico después de que algunos manifestantes decidieran el pasado miércoles iniciar una acampada. Está previsto además que miembros del nuevo Parlamento distribuyan una declaración en apoyo a las demandas de Tahrir y reiteren su compromiso de defender los derechos de los centenares de fallecidos y los miles de heridos durante las revueltas.
Tras 12 meses de cambio, el camino hacia la democracia es una ruta tortuosa e incierta administrada por unos militares que han juzgado en tribunales castrenses a más de 12.000 civiles y reprimido con brutal violencia varias manifestaciones.
Hace un año el 'viernes de la ira' acabó con los tanques circulando por las calles del país. Tras una dura jornada de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, la policía huyó en desbandada y Egipto se sumió en un estado de anarquía y caos que obligó al entonces presidente Hosni Mubarak a delegar la seguridad en el ejército. Fue entonces cuando se inició una breve luna de miel entre los uniformados y los revolucionarios que ha roto una lenta y abrupta transición.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/27/internacional/1327655702.html
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