La cuarta oleada democrática en medio siglo
Las protestas que, en cuatro semanas, han forzado la retirada del dictador tunecino, Ben Ali, y, en cinco días, han obligado al dictador egipcio, Hosni Mubarak, a cambiar a su Gobierno y a sustituir a la Policía por el Ejército en las calles pueden ser el comienzo de la cuarta gran oleada democrática que ha vivido el mundo desde mediados de los años setenta.
Tras los cambios democráticos en Europa del Sur, Iberoamérica, Europa central y oriental, y partes importantes de Asia y África, el mundo árabe permaneció bajo el control de monarquías autoritarias o repúblicas dictatoriales que, con el tiempo, intentaban imitar a las primeras con sucesiones hereditarias.
La Siria de Hafez Assad fue pionera en esa deriva hacia repúblicas hereditarias, pero la rebelión ciudadana de las últimas semanas impedirá, afortunadamente, que los hijos de Ben Ali, Mubarak y Gadafi tengan el mismo destino.
La revolución tecnológica, especialmente en los medios de comunicación, ha permitido en los últimos 20 años un acceso cada vez más fácil de los ciudadanos árabes a la realidad que el aparato propagandístico de sus tiranos les ocultaba y la expresión de su creciente malestar contra la corrupción rampante, el paro masivo y la represión, características comunes de todos estos regímenes.
La televisión por satélite primero, con Al Yazira al frente, e Internet y los teléfonos móviles después, reforzados por las redes sociales en los últimos años, abrieron una grieta en sus sistemas políticos y aceleraron su pérdida de legitimidad.
Todo depende de la postura del Ejército
Tras la destitución de los actuales dictadores, la evolución en Túnez, en Egipto y en otros países de la región que, probablemente, seguirán su ejemplo, dependerá, sobre todo, de la posición que adopte el Ejército, la institución legal menos desgastada; de la moderación o radicalización en la respuesta de los movimientos islamistas, perseguidos o marginados en toda la región; y del apoyo internacional que reciban.
Los EEUU y la UE, que durante más de 30 años han apoyado a los dictadores árabes a cambio de su ayuda frente al comunismo en la Guerra Fría y frente al islamismo violento después, sólo en los últimos días empiezan a despertar de su letargo e hipocresía, indecisos aún entre la defensa de sus intereses económicos y estratégicos, que no quieren perder, y la coherencia, por fin, con su retórica a favor de la democracia y de los Derechos Humanos.
La gran sombra que condiciona sus decisiones sigue siendo el miedo a que, tras Egipto, el 'tsunami' golpee a las tres monarquías pro-occidentales de la región que sobrevivieron al vendaval del siglo XX -la jordana, la marroquí y, sobre todo, la saudí, fiel garante del suministro de petróleo que todos necesitamos- y que el principal beneficiario final de la oleada sea un nuevo radicalismo islámico como el que siguió a la caída del Sha en Irán en el 79.
Blogueros, periodistas y profesores lograron unir a los principales grupos de la oposiciónDurante diez años, investigadores de la fundación Carnegie en Oriente Próximo han recolectado y analizado las protestas, huelgas y manifestaciones desde Mauritania hasta Irán.
Sólo en Egipto han contabilizado más de 1.000 ilegales entre 1998 y 2004; 222 en 2006; 580 en 2007. En la de los inspectores fiscales de 2007, que duró varias semanas, participaron más de 50.000 funcionarios.El Movimiento Juvenil del 6 de Abril, que ha encabezado la movilización actual contra el régimen de Mubarak, recibe su nombre de una de las 400 huelgas de 2008, en la que movilizaron a cerca de medio millón de egipcios.
Por primera vez, los blogueros, periodistas independientes y profesores de universidad lograron el 6 de abril de 2008 unir a los principales grupos, formales e informales, de la oposición (desde el naserista Karama hasta el sindicato de abogados, pasando por el Partido Wasat y el Movimiento por el Cambio o Kefaya) no sólo para reclamar reformas socioeconómicas, sino también cambios políticos y el fin de la corrupción.
No resistieron más que 24 horas, pero la experiencia les permitió elevar a más de 1.000 las huelgas y protestas en 2009 y a más de 300 las organizadas en el primer semestre de 2010. Ante las legislativas de noviembre, el movimiento se intensificó.Aunque todas las huelgas tienen dimensiones políticas, nunca hasta ahora los manifestantes egipcios habían logrado formar una plataforma nacional con exigencias tanto políticas como económicas de tan profundo calado.Por mucho que se resista, asistimos al principio del fin de otra dictadura. La transición, tanto en Egipto como en Túnez, será difícil, pero los EEUU y la UE deben cambiar radicalmente su política de apoyo al 'statu quo' y apostar decididamente por el cambio si no quieren perder el escaso prestigio que aún les queda en el mundo árabe.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/30/internacional/1296387541.html
“Encontré el Olimpo bajo mi cama” es un libro que presenta a la mitología griega bajo un punto de vista cercano. “Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia”, decía Platón. La novela va dirigida tanto a personas jóvenes como a personas adultas. Es para aficionados a la mitología y a quienes nunca la comprendieron. Para amantes de la literatura como para apasionados del humor. Sara González Villegas.
BIENVENIDOS AL OLIMPO
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