Viviane Reding, una vieja conocida de Zapatero
El jueves por la tarde, mientras Nicolas Sarkozy reprochaba a José Manuel Durão Barroso la actuación de su comisaria de Justicia, los jefes de Estado y de Gobierno alrededor de la mesa no pedían el turno de palabra para defender a la luxemburguesa.El conciliador Herman Van Rompuy o la canciller Angela Merkel expresaban respeto a la Comisión en abstracto o a Barroso, pero no había defensa para la atacada ausente. Y no sólo por su desafortunada comparación de las expulsiones de gitanos con las entregas de judíos a los nazis -indefendible-, sino también por su agresividad general y su tozudez al presentar las conclusiones de un expediente antes incluso de haberlo abierto.Viviane Reding ha hecho pocos amigos en sus 11 años en la Comisión y, aunque su perseverancia y contundencia han logrado resultados muy apreciables -como la reducción de tarifas de 'roaming' en el móvil cuando era responsable de Telecomunicaciones-, su estilo estridente ha causado conflictos que dejan huella.
Protestas formales contra ella
El martes, después de sus declaraciones sobre la Segunda Guerra Mundial, diplomáticos y funcionarios de varias nacionalidades la describían como "loca". La pasada primavera, el Gobierno español también se planteó hacer una protesta formal contra la comisaria por atacar duramente a la Presidencia en varias entrevistas en relación a una propuesta española para proteger a las víctimas de maltrato.La vicepresidenta de la Comisión llegó a irritar a Moncloa incluso sobre dossiers en los que ella no tenía ninguna competencia. En marzo, cuando aún no se hablaba de la crisis de deuda más que en Grecia, aprovechó la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE para decir que la crisis de Atenas se convertiría "en un tsunami que puede afectar a España o Portugal".
Encontronazo
El conflicto se volvió casi personal con Francisco Caamaño, el ministro de Justicia. En una agria y muy pública guerra de competencias y detalles jurídicos, el ministro y la comisaria se enfrentaron, ante las cámaras y ante los colegas, con aspereza descortés.
En una rueda de prensa de los dos en que Reding llegó a decir que las ideas del ministro estaban llevando a la UE "al infierno", una reportera pidió calma a los políticos en el estrado. Después de esa tarde de abril en que hasta los portavoces de las partes acabaron a gritos y en que la comisaria se resistió a darle la mano a Caamaño para despedirse, Reding pidió disculpas en privado, pero volvió a contraatacar en público.
La luxemburguesa, que acusaba a la Presidencia de "chapucera", amenazó con denunciar la legislación ante el Tribunal de Justicia de la UE incluso antes de que se hubiera aprobado la propuesta.Aquellas escenas son muy representativas sobre la combativa comisaria, que lleva 11 años en la Comisión (éste es su tercer mandato, el primero en Justicia) y nunca ha dudado en utilizar palabras contundentes, y a menudo sorprendentes para la tibia Bruselas, y en defender con vigor sus poderes.
Competencia sin control
En su cartera entre 2004 y febrero de 2010, la de Telecomunicaciones, actuaba a menudo para comerle el terreno a su entonces colega de Competencia, Neelie Kroes.
Las dos se metieron en la guerra contra Telefónica y Reding inauguró otra disputa de meses con el Gobierno por los datos sobre el precio de Internet en España, que ella consideraba el más alto de toda la UE, algo que disputaba Francisco Ros, el secretario de Estado del ramo, con quien Reding también tuvo un cruce de acusaciones sobre la información "tergiversada".
Como responsable de Telecos, gracias a la mezcla de ego, perseverancia y eficacia de una política profesional, la comisaria sacó una de las legislaciones más populares y prácticas que ha aprobado la UE en años: la bajada de las tarifas de roaming en el móvil, impuesta a las teleoperadoras por Reding, que, como ha hecho ahora con Francia, dijo haber "perdido la paciencia" con las telefónicas que abusaban de los consumidores.
Pero, aunque él también pague menos por llamar cuando viene a Bruselas, el jueves, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero no ocultaba su satisfacción al pedir a la impaciente Reding que su "fuerza declarativa" se "contenga en el futuro".
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/17/union_europea/1284753016.html
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