La vida íntima en La Moncloa
Adolfo Suárez era un seductor nato, Leopoldo Calvo-Sotelo fue el más preparado, Felipe González era un animal político sin conservantes ni edulcorantes, Aznar era autodisciplinado y José Luis Rodríguez Zapatero gana mucho en las distancias cortas. Todos estos detalles se desvelan en el libro 'Los presidentes en zapatillas', de María Ángeles López de Celis, adelantado este domingo por el suplemento Crónica de EL MUNDO. María Ángeles fue secretaria del Palacio de La Moncloa durante 32 años y conoce todos los entresijos de los presidentes del Gobierno y de su vida familiar. A continuación, reproducimos los extractos más jugosos del libro, publicado por la editorial Espasa, que ya ha salido a la venta:
José Luis Rodríguez Zapatero
El carácter del presidente
"José Luis Rodríguez Zapatero es un hombre tranquilo, que gana extraordinariamente en la distancia corta. Es mucho más atractivo de lo que aparece en televisión y sus ojos, azulísimos, son limpios y sinceros. Su carisma es de otro tipo y su estilo no es el del líder arrollador que maneja masas. Zapatero se mueve en otros parámetros; irradia paz, sosiego y optimismo y, tras la última etapa vivida en España, de confrontación y convulsión, tal vez muchos españoles deseábamos un poco de serenidad en nuestras vidas".
"Le repatean los jactanciosos, le estomagan los que alardean de su poderío material o intelectual, le irrita sobremanera la gente que pretende dar lecciones. No hay que olvidar que llegó a la Presidencia del Gobierno sin pagar peaje, con las manos libres de compromisos, con pocas ataduras..." "A Zapatero le gusta la ensaladilla rusa, la música de Supertramp o los cómics de Tintín. Es hincha del F. C. Barcelona y aficionado al baloncesto".
Su relación con Sonsoles
"Si alguien creyó en su éxito sin atisbo de duda, con más fuerza aún que él mismo, fue su mujer. Sonsoles Espinosa le profesa una fe sin fisuras y una confianza basada en el triunfo que repetidamente ha conseguido en todos sus desafíos políticos. No hay que olvidar que Zapatero, hasta ahora, no ha perdido jamás una votación trascendental".
"Como en tantos matrimonios, José Luis y Sonsoles discuten por sus hijas, con las que su padre es demasiado tolerante en opinión de la madre. Forma parte de su filosfía de la vida: 'Mejor incentivar con estímulos y no con imposiciones'".
"Tal vez la primera impresión sea dura, pero en cuanto sonríe y pronuncia las primeras palabras es una mujer adorable, cálida y sencilla. Desde que conoció a su marido, su vida no ha sido fácil".
"Dicen que en la noche electoral del 14-M lloró al ver a un palmo de sus narices la prueba fehaciente de que su marido sería el siguiente presidente del Gobierno, teniendo que asumir sin remedio lo que se le venía encima. Puedo asegurar que, a pesar del tiempo transcurrido, no ha cedido un palmo en su celo por proteger su intimidad y en arañar horas a las jornadas de su esposo para seguirlas viviendo en familia".
El síndrome de La Moncloa
"Muchos opinan que Zapatero ya no es el mismo, que se ha hecho vanidoso, quizá porque ha sido menospreciado demasiadas veces".
"Se trata de un conjunto de síntomas que acaban derivando en verdadero Alzheimer que hace olvidar las promesas y los buenos propósitos de los candidatos (...)".
"No todo es culpa del síndrome; también es la necedad, la ineficacia y la mediocridad de quienes ostentan el poder, que parece corruptor en sí mismo y no hay humano que se libre de su maléfico influjo, aunque en algunos casos sus efectos son más evidentes que en otros. (...). Sólo Leopoldo Calvo-Sotelo quedó incontaminado, debido, posiblemente, al escaso tiempo que detentó el poder".
José María Aznar
"Si algo definía a José María Aznar era su autodisciplina y su capacidad de trabajo. Gracias a su pormenorizada organización, sacaba el máximo partido al tiempo que dedicaba a un sinfín de tareas de las que, en otras etapas y con otras costumbres, nunca se hubiera ocupado el presidente del Gobierno".
"Como para todo en la vida, en el punto medio está la virtud y el afán de controlar tanto puede acabar derivando en incapacidad para delegar, además de rayar en la desconfianza".
"Su principal problema radica en su carácter intransigente y antipático. Pasa por ser un hombre frío y enigmático, calculador e implacable (...). Y es posible que esa falta de carisma de la que él es absolutamente consciente, formara parte del sustrato que le llevó a alinearse con Bush y Blair en un afan de notoriedad que le sacara de la mediocridad de una Europa donde su papel era de mera comparsa".
"Desde el mismo día en que su marido tomó posesión del cargo, ella lo hizo de todo lo demás y, resuelta a dejar su impronta, empezó a quitar la cabeza a todos los títeres. Dio la vuelta a todo cuanto pudo, y ante lo que no pudo, empezó a planificar las cosas para cuando pudiera".
"Cuando se casó con José María Aznar era ella quien mantenía económicamente a la familia y, aunque ha pasado media vida siguiendo los pasos de su marido, nunca se ha resignado al segundo plano. Al contrario de las mujeres socialistas, acompañó a su esposo en todos sus viajes de Estado, organizaba personalmente cenas oficiales y actos públicos, además de colaborar con todo tipo de asociaciones y organizaciones de corte social".
Felipe González
"El sastre no daba abasto para tomar medidas y anotar encargos con el fin de intentar remediar ese 'look' a lo Curro Jiménez y su banda que parecía formar parte de la mismísima esencia ideológica".
"Era muy fácil trabajar con él. Todos le llamaban 'Felipe', aunque no le conocieran de nada, a lo que él siempre apostillaba que, lejos de molestarle, a más no podía aspirar el líder de un partido verdaderamente democrático. Primera conclusión: Felipe González era un líder nato".
"Era un animal político sin conservantes ni edulcorantes, un flautista de Hamelin que movía masas con la música de su mensaje verbal y corporal (...) Felipe González no seduce, hipnotiza".
"En petit comité, parece encogerse de tamaño, y lejos de ser el gran comunicador que, sin duda, es cuando desde una tribuna se dirige a una multitud que le aclama y vitorea, se muestra como un hombre apocado, esquivo, tímido, parco en palabras, poco comunitativo...".
Su relación con Carmen Romero
"La mujer de la eterna sonrisa. Siempre en segundo plano ante el liderazgo aplastante de su marido, luchó contra el estereotipo de esposa de presidente del Gobierno al que una sociedad anticuada esperaba que se ajustara. Se enfrentó con valentía a una presión mediática que en muchos momentos llegó a la asfixia (...) Se le criticaba desde distintos medios que ejerciera su puesto como segunda dama de España en contadas ocasiones. Sin embargo, dejó muy claro que quería seguir siendo ella misma y no un apéndice del presidente".
Leopoldo Calvo-Sotelo
"En La Moncloa siempre ha habido niños pero los Calvo-Sotelo rompían moldes. Ocho hijos. Hubo que habilitar las buhardillas de la tercera planta del edifico con más habitaciones para la nueva tropa. El presidente, además, rescató una pequeña salita para instalar su piano, instrumento en el que era casi un virtuoso. Fue ésta una de las pocas licencias que se permitió".
"A un militar que le pidió en tono cuartelero que sonriera le dijo: ‘General, que yo sonría como que usted sepa comportarse son imposibles metafísicos".
"Fue, sin duda, el presidente de mayor talla intelectual de la democracia. Podía haber sido cualquier cosa: su formación y su inteligencia se lo permitían".
Adolfo Suárez
"Te hacía sentir que realmente estaba encantado de conocerte. Tenía otra manera de mirar, con tintes más varoniles, cuando compartía conversación con una mujer de su agrado. '¡Ya está poniendo ojitos!', decíamos nosotras. No cabía duda, Adolfo Suárez era un seductor y las mujeres lo adoraban".
[La dimisión] "La televisión montó el dispositivo y se inició la grabación del mensaje, que hubo que repetirse dos veces. ¡Ni siquiera con el maquillaje mejoraba la palidez del presidente ni se disimulaban sus ojeras! Alberto Aza nos pidió encarecidamente que no presenciásemos la grabación con el fin de evitar distracciones ante un posible estallido emocional".
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/21/espana/1285063754.html
“Encontré el Olimpo bajo mi cama” es un libro que presenta a la mitología griega bajo un punto de vista cercano. “Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia”, decía Platón. La novela va dirigida tanto a personas jóvenes como a personas adultas. Es para aficionados a la mitología y a quienes nunca la comprendieron. Para amantes de la literatura como para apasionados del humor. Sara González Villegas.
BIENVENIDOS AL OLIMPO
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