Los talibán ejecutaron a una mujer el domingo en la zona española de Afganistán, en la provincia de Badghis, en el noroeste del país, donde España tiene destacados un millar de efectivos, según confirmaron fuentes de la policía afgana.El gobernador de la provincia, Delbar Jan Arman, también aseguró que los insurgentes habían acabado con la vida de la mujer por supuestamente haber cometido adulterio. La presidenta de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, Sima Samar, en declaraciones a la agencia Efe, se mostró indignada: "Es una violación de los derechos humanos. Incluso de ser acusada de adulterio, tenemos tribunales para tratar ese tipo de casos".Un portavoz de los talibán, Yousuf Ahmadi, sin embargo, defendió que ellos no habían hecho nada de nada, y tildó la noticia de "propaganda de los medios occidentales".
"No hemos hecho nada así en Badghis ni en otra provincia", aseguró, en clara alusión a un reportaje publicado recientemente por la revista 'Time' en el que aparece la foto de una joven afgana sin nariz. Según la revista, los talibán ordenaron al marido de la joven amputarle la nariz por haber intentado huir del hogar. Los talibán también desmintieron esta semana, a través de un comunicado, que ellos hubieran dado tal orden. Parece, pues, que ha empezado una guerra de acusaciones y desmentidos, difícil de comprobar por la dificultad de acceso a buena parte del país, por falta de infraestructuras y por la precaria situación de seguridad.
El episodio de este fin de semana en Badghis también resulta un tanto confuso, pero diversas fuentes aseguran que una mujer fue ejecutada a tiros y en público –ante la mirada de sus vecinos- en una zona bajo control talibán. En concreto, los hechos ocurrieron al norte del distrito de Qadis. Según parece, la mujer era viuda pero se había quedado embarazada y eso desencadenó los hechos. Supuestamente había mantenido una relación con un hombre con quien se pretendía casar, pero éste la engañó y escapó a Irán.Durante la época de los talibán (1996-2001), fueron habituales las ejecuciones de mujeres y también de hombres pero, desde la caída de su régimen, los fundamentalistas sólo habían hecho algo así en una ocasión, pero en el sur del país, en la provincia de Ghazni.
El adulterio se considera un delito en Afganistán y las mujeres acusadas de ello deben cumplir pena de cárcel. No es habitual, sin embargo, que se las mate, aunque eso nunca se sabe: en muchas ocasiones la propia familia acaba con su vida y después dice que ha fallecido de una enfermedad.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/09/internacional/1281371465.html
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