"Habéis entendido bien. La maravillosa máquina de fútbol de Del Bosque, capaz de pasarse el balón durante horas y de entrar en el área de 150 formas distintas, un Kamasutra de ocasiones de gol, lleva a puerta el suspirado 1-0 del modo más viejo del mundo: córner y cabezazo", escribe Paolo Condo en 'La Gazzetta dello Sport'.
La cita, la alusión a la enciclopedia universal del sexo, define como ninguna otra una sensación compartida hoy en todo el planeta. Si es verdad que en el fútbol existe algo parecido al orgasmo, nadie como España para provocarlo. Puede hacerlo a partir de la caricia, del beso, de la suave estimulación de Iniesta o Xavi, pero también del taladro rudo e irresistible de Puyol. Boca arriba o boca abajo, en posición vertical u horizontal, España siempre encuentra el camino. Gracias a eso, a su enorme abanico de recursos en el lecho verde, "España se encuentra a un paso del paraíso", relata 'Le Parisien' en Francia. Y es que España, apunta Alberto II de Bélgica en 'Le Soir', sabe actuar cuándo y dónde hace falta".
Ese aire de seductor arrollador, ese encanto insuperable, goza de tal reputación en los últimos años que hasta los machos alfa de toda la vida, tipos rubios de dos metros con acento alemán, "se convierten repentinamente en una selección impotente", asegura 'Le Figaro'.
"¿Fue intimidación o fueron las expectativas desmedidas las que paralizaron al equipo?", se pregunta 'Bild' en Alemania. Intimidación sin duda, exceso de respeto, ante "la más guapa", dice 'La Gazzeta'; la única "perfecta", definen los palestinos de 'Falastin'. Alemania no se atrevió ni a pedirle la hora, ni a preguntarle: ¿Tomas algo, preciosa? La admiró y se quedó mudo a su paso. Como un adolescente pardillo. "Demasiado grande para nosotros", añade 'Bild'. De repente, el ligón de discoteca alemán, el machote de Sudáfrica se sintió, tras el atracón de inglesas y argentinas, "débil y sin ideas", concluye 'Die Welt'.
Todas quieren ser como España porque con Casillas se sienten seguras; con Ramos y Capdevilla, desbordadas; con Puyol y Piqué, atadas; con Iniesta, Xavi y Xabi, manoseadas; con Busquets, apoyadas; con Pedro, electrocutadas y con Villa, de maravilla. En este Mundial sólo hay uno más tocón que España, el pulpo Paul, que también va con España. Al menos antes de que le presenten a Holanda, la otra bella del Mundial.
http://www.elmundo.es/mundial/2010/2010/07/08/espana/1278578871.html
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