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lunes, 31 de mayo de 2010

El escritor sueco Henning Mankell, entre los detenidos a bordo del 'Mavi Marmara'

El escritor sueco Henning Mankell, entre los detenidos a bordo del 'Mavi Marmara'



Henning Mankell, uno de los autores de novelas policíacas de mayor éxito en todo el mundo, es un hombre de izquierdas convencido y controvertido. Mankell, que defiende desde hace tiempo la causa palestina, decidió apoyar la 'Flotilla de la Libertad' no con palabras sino también con hechos. Por ello se subió a uno de los barcos de ayuda humanitaria, el 'Mavi Marmara', que fue tomado al asalto por el Ejército de Israel. El creador del detective Kurt Wallander se ha convertido así en testigo directo de la acción militar contra la flotilla humanitaria que se cobró al menos 9 vidas en la madrugada del lunes. Tras el asalto militar, Mankell fue detenido por las autoridades israelíes. Las especulaciones desatadas en Suecia sobre la suerte corrida por el autor de 'best sellers' en el abordaje israelí al 'Mavi Marmara' obligaron ayer al Ministerio de Exteriores sueco a desmentir varias versiones periodísticas que apuntaban a que el novelista había resultado herido.
Antes de que partiera la expedición de la organización 'Free Gaza', Mankell había hecho hincapié públicamente en la importancia de llevar víveres a la Franja, para demostrar a los palestinos que el mundo no no los olvida. "La palabra 'solidaridad' no debe ser una palabra sueca", insistía entonces Mankell.
"Solidaridad", escribe Mankell en la página web de la editorial alemana DTV, "significa actuar, no sólo palabras". Asimismo, escribió que ve "muchos paralelos atemorizantes" entre la Sudáfrica del 'apartheid' y el conflicto en Oriente Próximo. Según él, los palestinos necesitan ayuda. "La situación es indignante sobre todo en Gaza... Es como una cárcel al aire libre".
Debido a su compromiso con la 'Flotilla de la Libertad', el escritor canceló algunos compromisos de la gira promocional de su última novela 'El hombre inquieto', en el marco de la cual iba a presentarse ayer, lunes, en Zúrich y hoy en la ciudad alemana de Constanza, según informó Christina Knecht, portavoz de la editorial Paul Zsolnay en Múnich. "Por ahora no tenemos ningún contacto con él", señaló Knecht a la agencia DPA horas después de la intervención militar israelí y la detención del autor.Con la saga del inspector Wallander, Mankell logró una éxito editorial con más de 40 millones de ejemplares vendidos, que lo ha convertido en uno de los autores de literatura policial de más éxito en la historia. La serie también fue adaptada al cine y a la televisión. En la versión de la cadena pública británica BBC, el actor irlandés Kenneth Branagh interpretó a Wallander.Antes de dedicarse a partir de fines de los 60 a las novelas y la dirección teatral, trabajó en la Marina Mercante sueca. Primero escribió libros sobre el movimiento obrero y trabajó como director, director artístico y autor de teatros de provincia suecos.Antes de publicar la primera novela sobre Wallander, en 1991, Mankell convirtió a Maputo, la capital de Mozambique, en su segundo hogar. Allí vive hasta hoy en día la mitad del tiempo, cuando no está en Suecia, y dirige el Teatro Avenida por él fundado. "No sé por qué, pero cuando me bajo del avión en Africa tengo la extraña sensación de que llegué a casa", escribió Mankell en su página de Internet. "Entiendo más del mundo desde que vivo con un pie en la nieve y con otro en el polvo", dijo en una entrevista con el 'Times'.
Tiene cuatro hijos y está casado en terceras nupcias con Eva Bergman, una hija del director sueco Ingmar Bergman. Su pasión por África y las personas que viven allí quedó plasmada en novelas como 'Comedia infantil', acerca de un niño de la calle. Asimismo, escribió un ensayo sobre el sida en Africa titulado 'Moriré, pero mi memoria sobrevivirá: una reflexión personal sobre el sida'.Con 'El hombre inquieto', Mankell rompió su promesa de no volver a escribir sobre Wallander después de una pausa de diez años. Según explicó, lo llevaron a escribir conflictos suecos no superados de tiempos de la Guerra Fría y la lucha de muchas personas de más de 60 con los problemas de memoria. De hecho, la lucha del investigador de 60 años contra algunos problemas de demencia senil se vuelve más importante que la trama policial. Así, el escritor también aprovechó para despedirse del personaje: Mankell afirmó que iba a dejar solo a su personaje, cerrar la puerta y abandonar la casa.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/06/01/internacional/1275350130.html

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