BIENVENIDOS AL OLIMPO

viernes, 19 de febrero de 2010

LAS GUERRAS OLVIDADAS: UGANDA

UGANDA

CONFLICTO
El LRA (Ejército de Resistencia del Señor) atemoriza desde 1986 a la población del norte de Uganda, donde están establecidas las bases de esta guerrilla. Liderados por un fanático religioso, los rebeldes luchan contra el Gobierno para imponer un régimen basado en los Diez Mandamientos. Sus técnicas van desde los secuestros y abusos de menores a las mutilaciones y asesinatos de la población civil.
La 'perla de África' se agrieta. Azotada desde 1986 por una cruenta guerra civil que ha provocado más de 1,6 millones de desplazamientos, Uganda sufre una peculiar situación bélica en la que la que la milicia gubernamental se enfrenta con el LRA, una guerrilla encabezada por un líder de aspiraciones mesiánicas. El Ejército de Resistencia del Señor (LRA, según sus siglas en inglés) fue fundado por Joseph Kony a finales de la década de los ochenta. Su objetivo es formar un régimen basado en los Diez Mandamientos bíblicos, que tratan de imponer a la población a golpe de violaciones, mutilaciones y asesinatos. Kony, que afirma estar poseído por el Espíritu Santo y que mezcla su ideología católica extrema con influencias animistas y retazos de las primitivas creencias africanas, se declara un elegido divino escogido para perpetrar un cambio en su país. Ese cambio se conseguirá un día en el que se imponga la paz y no existan las armas de fuego. No en vano, su ejército, formado por jóvenes y niños en su mayor parte, recibe la orden de usar como arma prioritaria el machete, de ahí que su práctica más extendida sea la mutilación. La República de Uganda, gobernada por un parlamento integrado por 292 miembros y con Yoweri Museveni como jefe de Estado desde 1986, es un punto estratégico clave en el corazón del continente negro. EEUU es uno de los principales interesados que apoya y recibe apoyo a su vez de Museveni. Su principal expectativa es salvaguardar la identidad del pueblo ugandés, en su mayoría católico (39%), y así frenar el paso islamista que en los últimos tiempos ha avanzado posiciones en el África oriental. Por su situación geográfica también, Uganda ha notado en el sur del país un importante desarrollo económico. A su posición centrada en la región de los Grandes Lagos —linda al sur con el lago Victoria— se unen los esfuerzos de Museveni en limpiar la imagen de su territorio, aunque para conseguirlo haya tenido que dejar de lado a la zona norte, donde se hacinan más de un millón y medio de refugiados víctimas y testigos diarios de violaciones de los derechos humanos. Es en esta zona del país, la más pobre, donde se asientan las bases del LRA , la guerrilla que tiene en jaque al gobierno del país, y es a su vez donde más fuerte se hace sentir la violencia.
Las ONG hablan de más de 20.000 menores secuestrados por esta guerrilla. En el caso de los niños, pasan a formar parte de las tropas del LRA, donde se les convence de su inmunidad ante las balas gracias a la protección que les confiere Dios. Las niñas, por su parte, son usadas como esclavas sexuales o, en el mejor de los casos, obligadas a realizar las tareas domésticas.
Esta situación lleva cada día a centenares de miles de personas a migrar con la noche a los grandes núcleos poblados, para volver por el día a sus casas. En el norte de Uganda puede haber cerca de cinco kilómetros de distancia entre el asentamiento de una familia y el de otra, por lo que la vulnerabilidad se incrementa.
Otra de las consecuencias de la acción del brutal grupo de Kony es el abandono del campo. Miles de familias dedicadas en el pasado a la agricultura o la ganadería se han visto forzadas a abandonar sus tierras por una guerra en la que el principal objetivo es expandir el terror entre la población. Sin alimentos ni recursos económicos, la subsistencia de los ugandeses del norte depende de la ayuda externa.
El ejército rebelde de Joseph Kony, que pertenece a la etnia de los Acholi —clan de fuerte peso en la historia del país—, recibe el apoyo de Sudán, que limita al sur con Uganda, donde están establecidos gran parte de sus campamentos y campos de formación militar, y que apoya económica y logísticamente a la guerrilla.
Además, otro de los grandes problemas a los que debe hacer frente el país es el de las enfermedades. Uganda no sólo combate al SIDA, sino que la sífilis y el ébola se han expandido entre la población en los últimos años, y el número de contagios empieza a resultar alarmante.
Después de varias treguas y desarmes fallidos, en septiembre de 2006, Gobierno y rebeldes pusieron en marcha el alto el fuego. Tras 21 años en guerra, ambas partes esperan llegar a un acuerdo definitivo antes del 12 de septiembre de 2006. Los principales retos son atender a 2 millones de desplazados, desmovilizar a 20.000 niños soldados y, sobre todo, mantener el alto el fuego.
http://www.elmundo.es/documentos/2003/04/guerras_olvidadas/uganda.html

No hay comentarios: