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viernes, 19 de febrero de 2010

GUERRAS OLVIDADAS. ANGOLA

ANGOLA

Finalizada la última guerra televisada, la de Irak, parecía que la caída del régimen de Sadam Husein y el final de la ofensiva militar significarían la vuelta a los tiempos de paz. Pero antes, durante y después de que las bombas cayeran sobre el Golfo Pérsico, muchos otros frentes de batalla estaban y están aún abiertos en otros rincones del planeta. Son las guerras olvidadas del siglo XXI.Hambre y miseria tras los fusiles
CONFLICTO :La sangrienta guerra civil comenzó en 1975, fecha de su independencia de Portugal, y concluyó en abril de 2002. Enfrentó a la guerrilla UNITA, liderada por Savimbi y al Gobierno de Dos Santos. El resultado fue un millón de muertos y cuatro millones de desplazados.
Diamantes, petróleo y uranio frente a una esperanza de vida de apenas 40 años y una media de edad de 18. Angola sigue curando como puede las heridas causadas por tres décadas de guerra civil, a la que puso punto y final, en los primeros meses de 2002, la muerte de Jonás Savimbi, el principal opositor al Gobierno de Luanda. La herencia que dejan las armas, además del millón de muertos, es hambruna, miseria y cuatro millones de desplazados. La necesidad es tal que el 5% de los angoleños se encuentra en estado de desnutrición grave, según Médicos sin Fronteras.
Las luchas entre hermanos comenzaron nada más firmarse la independencia de Portugal en 1975. El mundo bipolar de la Guerra Fría llegó también a este país africano que quedó dividido entre el Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), al que respaldaban tanto los soviéticos como los cubanos, y la suma de UNITA y el Frente Nacional de Liberación de Angola (FNLA), apoyados por Suráfrica y EEUU. Cuando el MPLA se sentó en el sillón presidencial, los otros dos partidos se replegaron al sur del país y decidieron proclamar su propia república, con Huambo como capital. Comenzarían a correr los ríos de sangre y a utilizarse las tácticas bélicas más crueles. Los derechos humanos fueron literalmente pisoteados. Tanto el Gobierno, presidido por el marxista José dos Santos, como la guerrilla, liderada por Savimbi, obligaron a que millones de angoleños dejaran atrás sus pueblos, sus fértiles tierras de cultivo y sus familias.
Según las palabras del portavoz de Médicos sin Fronteras, Erwin van der Borgt, a la BBC, «la población civil era blanco de las fuerzas del Gobierno y de los rebeldes. Las tropas del Gobierno buscaban desplazar a la gente hacia áreas bajo su control, mientras que los rebeldes de UNITA se movían de un lado a otro y obligaban a la población a seguirlos, sin poder establecerse en ningún lado y cultivar». Desde que los tambores de guerra dejaron de sonar en abril de 2002
—aún quedan conatos en el enclave de la Cabinda, separado del resto del país por territorio congoleño— el Gobierno calcula que unos dos millones de refugiados han podido volver a casa. Miles están aún a la espera. ACNUR, responsable de un ambicioso plan de repatriación, calcula que aún 200.000 refugiados angoleños permanecen en la República Democrática del Congo, Zambia y Namibia y otros 14.000 en Suráfrica y Botswana. El destino que les espera no es muy esperanzador. La falta de alimentos es otra de las grandes asignaturas pendientes. En la actualidad Angola sufre la peor epidemia de cólera en los últimos diez años.

http://www.elmundo.es/documentos/2003/04/guerras_olvidadas/album1.html

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