EL AÑO NUEVO CHINO 中國新年
我們祝願您一新年好
Atentos amigos lectores, porque vamos a empezar el Año Nuevo Chino. Hay que hablar de esto. Estamos rodeados de chinos por todas partes. Dirigen nuestros restaurantes más familiares, las tiendecitas que están siempre abiertas y en las que se encuentra desde una cuerda de guitarra (eso me hace pensar que debería comprar una ya que mi guitarra acústica la necesita…) hasta un jamón.
Un preservativo o unas maracas peruanas.
Ellos nos abren sus puertas sonrientes y siempre son amables e integrados. Así que un hurra para nuestros amigos chinos.
Vamos a empezar el Año de la Vaca o Toro ( Yi Chou ) por lo que en China y en los países que siguen este calendario (como Japón, por ejemplo) ya circulan felicitaciones y regalos con el animalito en cuestión. Se inicia el próximo 26 de enero. Mañana.
Los festejos del Año Nuevo Chino duran quince días. El último día de fiesta es el “día de las linternas o lámparas“ que se celebra con un desfile donde todos lanzan al cielo nocturno sus lámparas de papel. Lo que pasa con esas lámparas no se sabe. Pero pulularán por el cosmos. O se engancharán en un nido de palomas. O se reencarnarán en ángeles. Lo que sería muy bonito. En angelitos chinos. No se ven muchos angelitos chinos. A propósito. Eso me mosquea. Deberían verse. Si se ven angelitos rubios, gorditos, flaquitos, negros, morenos, mestizos, con sexo, sin sexo…¿por qué no angelitos chinos? Una muy buena cuestión. Voy a pensarlo y a reivindicar.
El calendario chino se basa en una combinación de los movimientos de la luna y del sol. El ciclo lunar es de unos 29,5 días. De esta forma cada año el Año Nuevo Chino cae en días distintos. De esta forma es más guay.
El primer día del Año Nuevo se les da la bienvenida a los dioses del cielo y la tierra. O sea, los dioses llegan y les dicen “bienvenidos”. Como la canción de Miguel Ríos. Pero sin rock and roll. Y en chino. Que mola mucho más. Mucha gente en China se abstiene de comer carne. No sé la diferencia entre los dioses y la carne. Tal vez los dioses son vegetarianos.
El segundo día, es el dedicado a honrar a los antepasados y dioses con oraciones. O sea se reza y se honra. Se honra y se reza. No se hace daño a nadie. Es algo inocuo.
El tercer y cuarto día de las celebraciones se espera que la gente rinda su respeto a sus familiares políticos. Cosa harto difícil…porque la política ya se sabe…un lío. Que si la suegra. El cuñado. La nuera…Pero ellos, que son unos fenómenos, van y lo hacen. Con un par.
En el quinto día, llamado Po Woo, hay que quedarse en casa y esperar a que llegue el Dios de la Salud. Que es un dios que suele vestir de bata blanca. Neurocirujano probablemente. Porque molan cantidad. Algunos, digo. Guapos y altos. Simpáticos y afectuosos. Se suelen llamar Jonás.
Del sexto al décimo día, los chinos realizan visitas a las casas de sus amigos y familiares libremente. Es un día social. De copas. De tapas. De chismes. De pasarlo pipa, vamos. Asimismo, se acercan a los templos a orar pidiendo salud y buena suerte.
Durante el séptimo día del Nuevo Año, los agricultores exhiben sus productos en el mercado local y se cocina un plato con 7 tipos de vegetales distintos para celebrar la ocasión. La tradición dice que el hombre nació el séptimo día de la Creación, y se festeja comiendo fideos de arroz para conseguir longevidad y pescado crudo en busca del éxito. Que no sé qué tiene que ver el pescado crudo para el éxito.
-Vaya éxito el mío…-Se queja el pobre pescado- Me han matao…
-El éxito del pescado de verdad que no. Se trata del éxito de las personas.
-Pues aclarémoslo.
-Aclarado queda, señor pescado.
-Gracias.
Los pueblos de Fujian (China) vuelven a reunirse en familia la noche del octavo día para rezar juntos a medianoche al Dios del Cielo, Tian Gong.
Al día siguiente, hay que hacer ofrendas al Emperador de Jade. Que era un emperador que no se movía nada. Que es lo mejor que puede hacer un emperador. No moverse. Este no se movía porque era de jade. Que es una piedra muy bonita.
Las reuniones y comidas se suceden del décimo al doceavo día, para hacer un ayuno de arroz y brotes de mostaza o choi sum al día siguiente y comenzar los preparativos para el gran festejo.
El gran final llega el decimoquinto día del Año Nuevo Chino, con el Festival de las Lámparas o Shang Yuan, comidas, reuniones y desfiles. Y ahí que lanzan las lámparas, se lo pasan bien. Este año es el año del búfalo. O el toro. El buey. En el horóscopo chino ocupa el segundo lugar. El primero lo ocupa la rata ya que le engañó. Por lo visto el buey-toro-búfalo (para los chinos es más o menos lo mismo. Si le preguntas a un torero si da igual se parte la caja de risa. Ya me dirás cómo verías a jesulín de ubrique toreando a un búfalo. O a los indios de América cazando bueyes. No sé. Ahí los chinos estuvieron lentos…) Pero que la rata como era muy viva engañó al buey-toro-búfalo y se quedó ella en el primer puesto. Pero no le sirve de nada. Aunque la rata se vista de seda, rata se queda.
-¿No era la mona?
-¿Y qué más da?
-Pues vale…我們祝願您一新年好
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