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lunes, 20 de octubre de 2008

DIOS ES AMOR, MEJOR CON HUMOR. REYES.


Zamri el destructor.

-Bueno, ya soy rey. Hay que cambiar las cortinas. Y tengo que casarme con una ex modelo y pasearme por Oriente Medio.
-Ya estás en oriente medio.
-¿Ah, sí? Es que cuando el profe explicaba geografía yo estaba jugando a la petanca....-De esta forma en el pueblo se hablaba. Estaba en los programas de debates y tertulianos y en boca de todos.
-Este rey es otro asesino. Salimos de Guatemala y nos metemos en guatepeor. Menos mal que el prenda sólo va a durar más menos que un chupa chups a la puerta de un colegio. El pueblo no lo quiere.
-No. Sabemos que mató al anterior rey. Y que es un mamarracho. – Se chismorreaba en los pasillos y en los bares de copas.
-¿Y eso?
-Omri el jefe del ejército está descontento con el rey. Se cree que lo va a matar. Mira aquí viene...-Omri era otro fornido ciudadano. Con su uniforme de militar. Siempre haciendo abdominales, siempre comiendo comida macrobiótica, del gimnasio a casa, de casa al cuartel...Mucha vida social no tenía. Pero era también valeroso y con un par de co...narices.
-Hola compadres. A ver, invito a una ronda de espinacas....
-Otra vez con las espinacas...¿Por qué no una copita de orujo?
-Eso tiene muchas calorías. Os ponéis piripis y queréis desmadraros. Que no.
-Pues comamos espinacas. Que tienen mucho hierro. O potasio. O cositas de esas...-Entre tanto, conspiraban. En el grupo de conspiradores que siempre pululan por ahí. Que están en todas las familias. Que toman el autobús, que se peinan o no se peinan...
-Bueno, tenemos que ponernos de acuerdo. El rey estará mañana en su jardín jugando al golf. Con sus amigos. Iremos y lo mataremos...-Allí fueron. Desde los muros que rodeaban el palacio gritaron :
-¡Rey, te tenemos rodeado! Sal y no pasará nada. –El rey se asustó.
-Seguro que me matan. Vamos a incendiar el palacio.
-Pero moriremos todos. –Los amigos del monarca intentaron que fuera más sensato. Pero sensatez no tuvo nunca el rey. Ni generosidad.
-Bueno, sí. Arderemos. Moriremos. Pero con dignidad. –El rey aseguraba.
-Como si tú tuvieras de eso...-En fin...Así murieron todos. No quedaron ni los percheros.
Se cree que el reinado de Zamri duró siete días. Lo nunca visto. Pero como era un bicho, miel sobre hojuelas.

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