Muere Charles Aznavour, la última leyenda de la canción francesa
El cantante Charles Aznavour, el último gran representante de la canción francesa, falleció esta madrugada a los 94 años de edad en su domicilio de Alpilles, en el sur de Francia. El intérprete de canciones populares como “La Bohème”, “Je m’voyais déjà” o “For me formidable”, de origen armenio, acababa de regresar de una gira por Japón.
El
pasado verano, una caída le provocó una fractura de un brazo y le
obligó a anular varios conciertos. Su reconocible voz le propulsó a lo
más alto del panorama musical francés e internacional, con unas 1.200 canciones registradas a lo largo de más de siete decenios de carrera, aunque también se prodigó en el cine, con papeles junto a Jean Cocteau, François Truffaut o Claude Chabrol.
Su
leyenda, en cualquier caso, estará siempre asociada a la canción, a los
títulos que convirtió en clásicos en el mundo entero y también a los
que compuso para otras grandes figuras, como Édith Piaf, Gilbert
Bécaud, Serge Gainsbourg, Juliette Gréco, Maurice Chevalier o Johnny
Hallyday, fallecido en diciembre pasado.
Aznavour consideraba que solo la muerte le bajaría de los escenarios
y, pese a su edad avanzada, mantenía en su agenda citas para los
próximos meses, como un concierto en Bruselas el próximo día 26, u otros
dos en París en noviembre, seguidos de una pequeña gira por Francia.
Tenaz figura de la canción romántica francesa
Charles Aznavour tenía condiciones poco propicias para ser una estrella del espectáculo: era bajito, sin formación musical y con un timbre de voz limitado. A pesar de todo, ha pasado a la historia como un monumento de la “chanson française”, a la altura de su amiga Edith Piaf.
Aznavour,
cuyos cabellos canosos le aportaban una irresistible aura de
veneración, falleció a los 94 años, y estuvo presente en los escenarios
hasta sus últimos días, reflejo de su tenacidad, con la que superó
obstáculos ante los que la mayoría habrían desistido.
Si su avanzada edad no le impidió seguir dando conciertos, tampoco sus limitaciones de partida le frenaron para bordar una excepcional carrera que le encumbró al olimpo de los cantantes de lengua francesa, donde también están Johnny Hallyday (1943-2017), Serge Gaingsbourg (1928-1991), Jacques Brel (1929-1978) y la propia Piaf (1915-1963).
“¿Cuáles
eran mis puntos débiles? Mi voz, mi estatura (no llegaba a 1,65
metros), mis gestos, mi falta de cultura e instrucción, mi falta de
personalidad”, reconocía Aznavour, autor de temas como “La Bohème”, “Emmenez-moi” o “She”.
“Pero tenacidad no me faltaba y fue eso lo que compensó”,
explicaba el compositor e intérprete, que vendió en vida más de 150
millones de discos todo el mundo, tenía más de 1.200 canciones y más de
250 discos publicados.
Nacido
en 1924 en la calle Assas de París, cerca del jardín de Luxemburgo, con
el nombre de Shahnourh Varinag Aznavourian, su padre Mischa Aznavourian
y su madre Knar Baghdassarian eran de origen armenio. Se habían
instalado temporalmente en la capital francesa mientras se preparaban a
emprender un viaje a Estados Unidos que jamás realizarían.
Los
dos eran amantes del mundo del espectáculo, e inculcaron el aprecio por
la música, el teatro y el cine a sus hijos Aida y Charles mientras
alternaban trabajos en restaurantes y en el sector textil.
Como Piaf, Aznavour era un “chico de la calle” que tuvo que dejar los estudios muy pronto. Su formación autodidacta siempre la presentó como un motivo de orgullo.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, su encuentro con el pianista Pierre Roche marcó el inicio de sus trabajos musicales,
aunque es su relación con el editor musical Raoul Breton la que acabó
siendo crucial para su carrera. Breton le presentó a Piaf.
Aznavour pasó entonces a ser un estrechó colaborador de “La Môme”, a cuyo servicio trabajó como secretario, chófer y compositor.
“Escribí para ella varias canciones y me convertí en su confidente durante varios años”, rememoraba el artista.
“Il
pleut” (1948), “C’est un gars” (1950), “Il y avait” (1950), “Rien de
rien” (1951), “Une enfant” (1951), “Je haïs les dimanches” (1951) figuran entre los títulos que la profunda voz de Piaf popularizó.
En los años 50, Aznavour se
lanzó como intérprete. En medio de críticas al timbre de su voz y a su
falta de magnetismo sobre el escenario, el cantante tardó varios años en
sentirse reconocido, hasta que un recital en Casablanca en 1956 cambió
su destino.
https://es.noticias.yahoo.com/muere-charles-aznavour-la-ultima-leyenda-de-la-cancion-francesa-124956571.html
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