“Encontré el Olimpo bajo mi cama” es un libro que presenta a la mitología griega bajo un punto de vista cercano.
“Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia”, decía Platón.
La novela va dirigida tanto a personas jóvenes como a personas adultas. Es para aficionados a la mitología y a quienes nunca la comprendieron. Para amantes de la literatura como para apasionados del humor.
Sara González Villegas.
BIENVENIDOS AL OLIMPO
domingo, 16 de octubre de 2016
Un informe del Gobierno confirma que los crímenes de odio en Reino Unido subieron un 41% en julio
Los delitos xenófobos se disparan tras el ‘Brexit’
Un informe del Gobierno confirma que los crímenes de odio en Reino Unido subieron un 41% en julio
Dos policías polacos
patrullan con un agente británico en Harlow, en el norte de Londres,
tras el asesinato del joven polaco Arkadiusz Jozwik. NICK ANSELLAFP
El ex director de comunicación de Downing Street Craig Oliver relata en su libro Unleashing demons,
que acaba de publicarse, un viaje con David Cameron en el Jaguar
oficial del ex primer ministro en 2015. Cameron repasaba en alto las
razones por las que creía que debía celebrar una consulta sobre la permanencia en la UE,
y Oliver le preguntó por los motivos para no hacerlo. El ex primer
ministro respondió al instante: el referéndum, dijo, “podría liberar
demonios que no conocemos”. Cameron acertó. El referéndum liberó
demonios en la forma de mentiras, traiciones y guerras fratricidas de una escala sin precedentes. Y, según un informe del ministerio del Interior
publicado el pasado jueves, el clima social que generó puede haber
desencadenado un grave repunte de los delitos xenófobos en el país.
El
pasado sábado 27 de agosto Arkadiusz Jóźwik, un ciudadano polaco de 40
años residente en Harlow, estuvo con dos amigos ayudando a uno de ellos,
recién llegado al país, a pintar la habitación que había alquilado en
esta pequeña ciudad suburbial al noreste de Londres. Al caer la noche
decidieron acercarse a cenar una pizza al Stow, una depauperada zona
comercial, y fueron atacados brutalmente por un grupo de jóvenes. Jóźwik murió el lunes siguiente en el hospital. Seis menores
fueron arrestados en relación con el crimen. El hermano de Jóźwik
visitó emocionado el lugar donde murió. Lo mataron, dijo, porque le
oyeron hablar polaco. “Después del voto por el Brexit todo ha empeorado”, lamentó. “He visto a la gente cambiar. Es un momento difícil”. La policía no ha aclarado todavía qué motivó el ataque, pero maneja como prioritaria la hipótesis de un crimen xenófobo.
Apenas cinco días después de la muerte de Jóźwik, otros dos inmigrantes
de su misma nacionalidad fueron atacados en Harlow. Dos agentes de
policía polacos han sido enviados al lugar para reforzar la seguridad de
esta comunidad de expatriados, la más numerosa de las minorías
nacionales en Reino Unido. Sea cual sea el resultado de la
investigación, para los centenares de polacos que recorrieron las calles
de Harlow en una marcha silenciosa el sábado siguiente a la muerte de
Jóźwik, el auge de los ataques racistas tras el referéndum es algo muy
real. El pasado jueves, un informe del ministerio del Interior
confirmaba con cifras lo que ya era un sentir mayoritario entre la
comunidad de inmigrantes en Reino Unido. El número de delitos de odio se
disparó un 41% en julio, respecto al mismo mes del año pasado. Durante
dicho mes de 2016, el siguiente al del referéndum en el que los
británicos decidieron abandonar la UE, se produjeron un total de 5.468
delitos racistas, categoría en la que la policía incluye los crímenes
contra un colectivo definido por su origen nacional. Los datos, que no se replican en la evolución de otro tipo
de delitos, “encajan en el patrón ampliamente denunciado de un
incremento de los delitos de odio después del referéndum europeo”,
señala el informe. Los números empezaron a bajar en el mes de agosto,
pero siguen siendo significativamente superiores a los de antes del
referéndum. Bernard Hogan-Howe, alto mando de la policía Metropolitana,
el mayor cuerpo del país, también habló hace unos días de un “pico
horrible” en los delitos de odio conectado con el referéndum. “No
podríamos decir que se debe todo al Brexit, pero hay un claro
repunte después del mismo. Los europeos del Este han sufrido
particularmente los ataques que englobamos en la categoría de delitos
racistas. Así que ciertamente hay un aumento relacionado con ello”,
explicó. La ministra del Interior, Amber Rudd, dijo tras la
presentación de su informe que “el odio no tiene lugar en el país” y se
mostró “determinada” a erradicarlo. Sugirió que el repunte puede tener
que ver con que la gente cada vez denuncia más este tipo de ataques. “Me
complace ver que la acción del Gobierno está funcionando y que más
víctimas hallan la confianza para denunciar estos delitos”, dijo. Los datos indican que el crispado debate que suscitó el
referéndum, sometiendo a escrutinio público la libertad de movimiento de
ciudadanos europeos, ha producido un aumento del sentimiento
antiinmigración. La empresa demoscópica Ipsos Mori publicó este jueves una encuesta en la que se pregunta a ciudadanos de 25 países cuáles son los asuntos que más les preocupan.
La encuesta reveló que en Reino Unido lo que más preocupa es la
inmigración (42%). Y no solo eso: de los 25 estudiados, es el país donde
mayor es la preocupación por el asunto, por encima de otros como
Alemania, Suecia o incluso Turquía, mucho más afectados por la crisis de
refugiados resultante del conflicto sirio. Una petición de información pública formulada por el diarioThe independent
reveló que, en las semanas posteriores al referéndum, los delitos de
odio crecieron en mayor medida en las zonas que habían votado por
abandonar la UE. Es el caso de Harlow, donde un 68% de los vecinos apoyó
el Brexit. Soñado emblema de la movilidad social y exponente
del ambicioso urbanismo socialista de Clement Attlee, que la ideó para
alojar a la clase trabajadora expulsada del este de Londres por los
bombardeos alemanes, Harlow ha pasado en este siglo de feudo del Nuevo
Laborismo a territorio tory. Hoy se encuentra entre las los 30 municipios ingleses con mayor proporción de ciudadanos de Europa del Este. Pero tampoco Londres, donde ganó la permanencia, está exenta
de este tipo de delitos. El alcalde ha anunciado una política de
“tolerancia cero” y en algunos barrios del centro se pueden ver carteles
animando a las víctimas a denunciar. El domingo después del referéndum, la sede de la asociación
cultural polaca de la capital amaneció con una pintada xenófoba. Al día
siguiente, el local fue inundado por ramos de flores y cartas de apoyo
enviadas desde todos los rincones del país. También hubo flores y cartas
en el banco de Harlow junto al que Arkadiusz Jóźwik fue asesinado. Ante
él paseaba el jueves David, un vecino jubilado. “El referéndum ha sido
la excusa de una minoría para decir más alto lo que antes callaban”,
decía. “Pero son eso, una minoría. No debemos permitir que ganen”.
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