“Encontré el Olimpo bajo mi cama” es un libro que presenta a la mitología griega bajo un punto de vista cercano.
“Muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia”, decía Platón.
La novela va dirigida tanto a personas jóvenes como a personas adultas. Es para aficionados a la mitología y a quienes nunca la comprendieron. Para amantes de la literatura como para apasionados del humor.
Sara González Villegas.
BIENVENIDOS AL OLIMPO
viernes, 14 de octubre de 2016
El puente que no pueden cruzar los haitianos
El puente que no pueden cruzar los haitianos
Emigrantes de Haití insisten en pasar de Ecuador a Colombia en su ruta a EE UU
Son haitianos, pero hablan portugués. Estuvieron en Brasil, donde les dieron refugio tras el terremoto de 2010, pero el sueño brasileño se acabó para ellos. “Son bon
brasileños, pero allá crisis política, todo mal”, dice Patrick que como
todos sus compañeros de viaje tiene su vida reducida a una mochila.
Hace unas semanas empezaron a deshacer el camino hecho, pero en lugar de
volver a Haití
quieren alcanzar los Estados Unidos cruzando Centroamérica. Han entrado
a Ecuador desde Perú y de momento están varados en el puente Rumichaca,
la frontera entre Ecuador y Colombia. "No dejan pasar, no sé por qué",
dice Magali, una joven haitiana que pasó tres años en São Paulo, pero
decidió marcharse por la falta de trabajo. “No queremos quedar en
Colombia, queremos ir adelante”, insiste. La pasada semana más de 200 haitianos llegaron hasta este punto y se
encontraron con un cerrojo en la frontera. El grueso del grupo fue
retenido en las dependencias de migración colombianas y les dieron la
orden de dejar el país en 48 horas, y luego les llevaron a Pasto para
que tramiten un salvoconducto. Ahora la policía colombiana se ha
apostado en la mitad del puente Rumichaca para evitar que pongan un pie
en Colombia, y tiene la orden de revisar la documentación a todos los
que intentan cruzar. Los haitianos en el mejor de los casos solo portan
su permiso de trabajo brasileño y llegados a este punto están en un
limbo porque no pueden entrar a Colombia y tampoco volver a Ecuador
porque su salida de alguna manera ya se registró. Permanecen entonces en
los callejones peatonales del puente, sin poder ocupar ni siquiera un
baño, aguantando el frío de la zona que durante el día ronda los 10
grados y en la noche baja hasta los tres grados. Estos sumarán una
veintena. Hay otro grupo de unos 50 haitianos que también se aferra al puente,
pero que oficialmente aún no ha salido de Ecuador. Estos tienen un poco
más de libertad y algunos de ellos, sobre todo, los que tienen niños,
vuelven a dormir en Tulcán, la última ciudad del lado ecuatoriano, donde
por 10 dólares pueden refugiarse en un hotel. Pero su estancia en esos
hoteles también es una aventura. Hace solo 10 días, la Policía
ecuatoriana detuvo a 25 ciudadanos haitianos en los hoteles de Tulcán,
21 de ellos fueron trasladados a Quito y luego deportados hasta
Huaquillas (Perú), el punto por donde entraron al país.
ampliar fotoUn policía fronterizo habla con los migrantes. EDU LEÓN
Las autoridades de migración de Colombia y Ecuador se niegan a
pronunciarse sobre el flujo creciente de haitianos y de cubanos que
atraviesan sus países en su camino hacia Estados Unidos. Ecuador tiene
una política de excepción de visados vigente desde 2008, pero el año
pasado la cancillería ya puso coto a la migración de los isleños: a los
cubanos se les impuso un visado de turismo y a los haitianos se les
pidió registrarse en el sistema virtual de registro turístico y esperar
una autorización para viajar al país. Los policías que vigilan el puente de Rumichaca aseguran que cumplen
órdenes de arriba y se muestran impasibles detrás de las vallas de
seguridad instaladas en los corredores peatonales del puente. El control
a los vehículos también se ha reforzado. Ahora hay un solo carril por
donde pasan los vehículos y todos son revisados, incluso los taxis
ecuatorianos que habitualmente llevan a la gente desde Tulcán hasta el
lado colombiano del puente. Las cooperativas de taxi hace un mes
emitieron una circular interna con la disposición de no prestar servicio
a haitianos ni cubanos para evitar problemas. Pero nada parece detener a los haitianos, que solo buscan avanzar.
Jean Onius Thilus, padre de cuatro niñas, que dejó Porto Alegre (Brasil)
porque solo ganaba unos 300 dólares y no era suficiente, intenta pasar a
Colombia desde hace una semana, y todos los días espera a ver si la
frontera se abre. La madrugada después de entrevistarlo para este
reportaje decía por Whatsapp: — Estamos en el hotel ahora. No dejar pasar nosotros. — ¿Y qué van a hacer mañana? — Vamos a tentar de nuevo. — Solamente Dios que puede hablar por nos.
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