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domingo, 31 de enero de 2016

Societat Civil llena Sant Jaume contra un 'procés' que "ha fracasado"

Societat Civil llena Sant Jaume contra un 'procés' que "ha fracasado"

La plaza Sant Jaume ha sido este domingo por la mañana escenario de la primera concentración contra la independencia de la 'era Puigdemont'. Unas 3.500 personas, según datos de la Guardia Urbana, coparon el espacio que comparten la sede del Govern y el Ayuntamiento de Barcelona para reclamar al nuevo president de la Generalitat que detenga un proceso soberanista que creen «ilegal y sin mandato democrático». Una hoja de ruta que según los organizadores de la protesta «fracasó en las urnas» el pasado 27 de septiembre al no superar el 50% en votos.
Ese fue el mensaje central que Societat Civil Catalana (SCC) trató de enviar a Carles Puigdemont. Bajo el lema 'El procés ens roba' -una versión inversamente contraria a la tradicional proclama independentista Espanya ens roba- SCC dedicó los dos discursos de la jornada, uno en catalán y otro en castellano, a desacreditar la legitimidad del soberanismo.
El vicepresidente de la plataforma constitucionalista, Joaquim Coll, aseguró que el proceso «no es ni legal ni tienen un man dato democrático para llevarlo adelante». Que el nuevo Govern mantenga vigentes sus planes es, según sostuvo, «una perversión democrática» después de que el propio Puigdemont reconociera «que el separatismo no tiene una mayoría social para culminar la ruptura unilateral». El presidente de SCC, Rafael Arenas, se centró en reclamar «respeto» a la población contraria a la independencia y reivindicó la necesidad de convertir Cataluña «en un país normal» donde el Govern «nos represente a todos».
Junto a los asistentes que SCC logró atraer hasta Barcelona en autobuses desde diversos municipios también figuraron diputados de los grupos parlamentarios de Ciutadans y el PP en el Parlament de Catalunya. Entre ellos no se encontraba, sin embargo, ninguno de los líderes de ambos partidos, Inés Arrimadas y Xavier García Albiol, respectivamente.
La portavoz de la formación naranja, Susana Beltrán, reclamó a la Generalitat que «preste atención a los catalanes» que quieren seguir formando parte de España. El popular Enric Millo recordó a Puigdemont que «el 52% dijo que no quieren la independencia y que no quieren la ruptura, sino la concordia», por lo que exigió que se detuviera el proceso.
A la hora de arremeter contra la esencia misma del proceso, quien se mostró especialmente contundente fue el vicepresidente de SCC.Coll tachó la hoja de ruta de Junts pel Sí y de la CUP de «artefacto profundamente tóxico», le atribuyó ser «el huevo de la serpiente de la intolerancia» y lo describió como «un caso paradigmático de populismo nacionalista». Sin especificar casos concretos, Coll también atribuyó al proceso soberanista «coacciones» a quienes no secundan las opciones independentistas. «Que no haya violencia física no significa que no haya violencia», sostuvo. Coll culminó su discurso exigiendo a Ada Colau -su nombre fue el más abucheado del día- que restituya la placa de la Constitución de 1837que el ex alcalde Xavier Trias -también largamente abucheado- ordenó retirar.
Entrelos manifestantes triunfaron holgadamente las banderas españolas -también se dejó ver alguna enseña preconstitucional- y las europeas. En una escenificación simbólica de la actual situación política, tres 'estelades' oportundamente colgadas en un edificio acompañaron todo el acto. 

 http://www.elmundo.es/cataluna/2016/01/31/56adf792ca4741ec4a8b45dc.html

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