Los islamistas ganan las elecciones en las principales ciudades marroquíes

El Partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD), que encabeza el Gobierno marroquí desde hace más de tres años, se perfila como el verdadero triunfador de las elecciones municipales y regionales al ganar en las principales ciudades de Marruecos. Según las cifras definitivas comunicadas en la mañana de este sábado por el ministro del Interior, Mohamed Hasad, la formación que más votos ha obtenido ha sido el Partido Autenticidad y Modernidad (liberal y laico), que consigue un 21,12% de los escaños en juego, seguido por el Istiqlal (16,22%), mientras que el PJD llega en tercer lugar con un 15,5%.

Sin embargo, la verdadera victoria, según los primeros análisis en caliente, estriba en que los islamistas obtienen claros triunfos en las principales ciudades del país: Casablanca, Rabat, Tánger, Marrakech, Fez y Agadir, mientras que actualmente solo ocupaban dos alcaldías de importancia en Kenitra, donde han «barrido», y Tetuán. Es casi seguro que el PJD se hará con las alcaldías de las grandes ciudades, al haber obtenido entre el 40% y el 50% de los asientos en liza, lo que supondrá un vuelco en un mapa municipal que hasta ahora estaba muy repartido.

Además, el PJD ha triplicado el número de escaños municipales en todo el país, razones todas ellas que explican el ambiente eufórico y festivo que se ha vivido la pasada noche en la sede central del partido. «El pueblo marroquí nos ha respondido dándonos lo mejor de sí mismo —dijo la pasada noche el secretario general del partido y presidente del Gobierno, Abdelilah Benkirán—; a los marroquíes les gusta el PJD y le han dado toda su confianza».

Denuncias de «irregularidades»

Muy distinta ha sido la reacción de los partidos que han ganado en votos al PJD, pues tanto el PAM como el Istiqlal anunciaron la noche del sábado la presentación de varias denuncias por lo que consideraron «irregularidades» en las operaciones de voto, lo que parece indicar su descontento con los resultados. Pese a las quejas de estos dos partidos, el Ministerio del Interior resaltó la noche del sábado «las condiciones normales» en las que se desarrollaron los comicios, que se cerraron con una participación final del 53,67% del electorado.

A falta de conocer los resultados exhaustivos por circunscripción, queda en evidencia que el PJD se ha hecho fuerte en las ciudades, pero le queda por conquistar el Marruecos rural, donde partidos como el PAM y el Istiqlal suman muchos más apoyos.

En cuanto a los gobiernos regionales, que por primera vez eran elegidos por sufragio universal en Marruecos, también el PJD ha cosechado una clara victoria al obtener, según los resultados aún preliminares, un total de 174 escaños, que equivalen a un 25,6%, seguido por el PAM y el Istiqlal.

Los resultados aportan algunas respuestas a las principales dudas que existían antes de la votación: primero, el PJD no sale desgastado de tres años de ejercicio en el gobierno nacional, sino que parece más bien reforzado.

Único partido islamista todavía en el poder en el mundo árabe, tras la derrota electoral de Nahda en Túnez y el golpe de estado sufrido por los Hermanos Musulmanes en Egipto, el PJD ha sabido sobrevivir a un entorno hostil gracias sobre todo al carisma de su líder, Abdelilah Benkirán. La formación y su dirigente han sido el enemigo a batir por prácticamente todos los demás grupos políticos, apoyados además por unos medios de comunicación, incluidos los oficiales, hostiles al PJD, pero los islamistas han salido airosos.

El PAM, un partido joven creado en 2008 por un hombre cercano al rey Mohamed VI, solamente ha salido vencedor en la región del Rif oriental, la que va de Alhucemas hasta Uxda, pasando por Nador, pero pierde dos alcaldías importantes, como eran Tánger y Marrakech. Los dos partidos históricos marroquíes quedan muy debilitados: el Istiqlal, pese a ser segundo, pierde la simbólica alcaldía de Fez, que ocupaba su secretario general, Hamid Chabat, mientras que la Unión Socialista se desangra hasta acercarse a niveles casi irrelevantes con un 8% de escaños municipales y un 7% de los regionales.

 

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