Noruega gana a España la final del Europeo de balonmano

Tras dominar la primera parte, la selección cede 28-25 y se cuelga la plata

Noruega ganó 28-25 la final del Europeo femenino de balonmano ante España. La selección soñó con el título gracias a un arranque primoroso, rebosante de talento y fe. Llegó por delante al descanso. En la reanudación, las pentacampeonas impusieron su velocidad al contraataque y celebraron su sexto oro continental. Para España, una plata que retrata a una generación: igual que cuando lograron el bronce olímpico, las jugadoras de Dueñas dejaron el sello de un balonmano distinto, ligero, veloz y afilado como un puñal.

NORUEGA, 28-ESPAÑA, 25

Noruega: Solberg; Riegelhuth (10, 5p), Loke (2), Alstad (1), Kristiansen (1), Oftedal (2) y Herrem —equipo inicial— Sando (ps), B. Riegelhuth (2), Arntzen, Breivang, Mork (7, 1p), Karlsson, Jakobsen, S. Solberg (3) y Wibe.
España: Navarro; Carmen Martín (4, 1p), Mangué (3), Pena (10, 5p), Barbosa (4), Eli Pinedo (1) y Eli Chávez (1) —equipo inicial— Temprano (ps), Marta López, Núñez, Bea Fernández, Aguilar (2), Escribano, Lara González, Elorza y Egozkue.
Marcador cada cinco minutos: 3-2, 3-4, 5-7, 6-10, 7-11 y 10-12 (Descanso) 16-15, 19-18, 22-20, 25-21, 26-25 y 28-25.
Árbitros: Bonaventura y Bonaventura (FRA). Excluyeron a Solberg, Riegelhuth (2), Wibe, Barbosa, González (2), Chávez y Pinedo.
Lleno en el Papp Laszlo Sportarena.

Las guerreras mandaron durante toda la primera parte. El equipo creció a partir de las paradas de Silvia Navarro y se expandió desde la muñeca de Nerea Pena, que en solo 23 minutos anotó siete goles en ocho lanzamientos, algunos de una explosividad asombrosa. Disparaba la jugadora de Pamplona y se llenaba de agujeros la portería Noruega: España llegó a gozar de cinco tantos de ventaja (5-10, minuto 18). No importó que Marta Mangué fallara sus primeros cinco tiros. Dio igual que Eli Pinedo no encontrara portería en sus diagonales. España encontró dos referentes y se agarró a ellos con la fe que distingue a un equipo coral e indescifrable, que ha hecho de lo inesperado su mejor arma frente a las defensas más férreas.
Pero Noruega, claro, no es solo una defensa. Una selección no se acerca a todos los medalleros generación tras generación solo porque sus jugadoras acumulen centímetros y músculo. Nora Mork se internó por los pasillos del ataque como el cuchillo caliente en la mantequilla fría. Sin piedad. Sin oposición. Con determinación. A su toque de corneta se sumó Riegelhuth, y a España se le hizo de noche. Las jugadoras de Dueñas, tan dinámicas y activas siempre para compensar con velocidad la falta de kilos y centímetros, sufrieron para mantener su juego chisposo tras ocho partidos en quince días. Tras anotar solo un gol en más de diez minutos, vieron como su ventaja se reducía, aunque alcanzaron el descanso por delante (12-10).
Y llegó la reanudación. Y en los cinco primeros minutos cambió radicalmente el escenario. Y las Noruegas que se lanzaron oleada a oleada, de contraataque en contraataque, hasta lograr la primera ventaja clara (17-15) pese a la rara exclusión de dos minutos de su portera, Silje Solberg. "Hay que creer", decía Dueñas. España, con Carmen Martín tomando el mando de las operaciones, creyó, y se acercó a un gol a menos de cinco minutos (26-25, en superioridad), pero el corazón no pudo compensar el cansancio de las piernas y el talento de unas rivales que con su capacidad competitiva engrandecieron el valor de la plata. 
Por otra parte, la selección de Suecia superó a la de Montenegro por 25-23 y se alzó con la medalla de bronce, completando así el podio del Europeo.

 

 

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