Las peleas comunales por el agua proliferan en Costa Rica
“¡Vea, estúpido!, ustedes aquí no entran”, le gritaba una vecina al director jurídico del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA)
durante un momento caliente en el más reciente de los conflictos
causados por el temor de las comunidades a quedarse si agua en Costa
Rica. La protesta ocurrió la pasada semana en el distrito de Tacares,
cantón Grecia (30 kilómetros al oeste de San José) y los rivales son sus
vecinos del cantón Atenas, que sufre racionamientos de agua y está
dentro de una declaración de emergencia por sequía emitida el Gobierno
central.
Alrededor de la mujer y otros 200 manifestantes,
estaba la maquinaria paralizada con operarios asustados y el director
nacional de la Policía, Juan José Andrade, al mando de un grupo de
agentes antidisturbios. Quería evitar que la protesta pasara a más,
respaldados por el ayuntamiento de Grecia, para evitar que el agua de
una naciente cercana llegue en más cantidad a los atenienses, que horas
antes marcharon por las calles para exigir al Gobierno más volumen en
las tuberías porque se están quedando a secas.
Estas peleas son las que el presidente, Luis Guillermo Solís,
ha querido evitar, sin demasiado éxito hasta ahora. “Me preocupa mucho.
Las comunidades quieren agarrar los recursos y no soltarlos, aunque la
comunidad de al lado los necesite. Tenemos que buscar una forma de
compartir con sentido de solidaridad”, dijo el mandatario en un discurso
sobre el estado del país. Dirigiéndose a los alcaldes en la ciudad de
Limón (Caribe), aseguró: “ustedes están queriendo apropiarse del agua
como si fueron las joyas de la abuela.
No lo dice por casualidad. Un conflicto complicado
sigue vigente entre tres cantones de la provincia de Cartago (este del
Valle Central), en el cual hay denuncias penales por “sabotaje” de las
fuentes hídricas por supuestas desviaciones clandestinas del líquido
hacia una comunidad, con el posible apoyo del gobierno local. Los
alcaldes de Paraíso, Oreamuno y Cartago centro mantienen su disputa y,
en medio, el Instituto de Acueductos también intenta mediar y competir
contra la apropiación de las fuentes de agua en cada cantón de Costa
Rica, cuyas leyes indican que el agua pertenece a todos por igual, como
el aire.
“Ustedes meten aquí aunque sea una cuchara y los matamos; les quemamos la maquinaria”, gritaba una vecina
La Cámara Costarricense de la Construcción (CCC)
se ha quejado de que el agua disponible sea objeto de disputa entre los
ayuntamientos, pues la tercera parte (27 de los 81 cantones del país)
tiene paralizados los servicios de construcción, por la falta de
garantías de abastecimiento. Parece una paradoja para un país donde la
cobertura de agua potable es del 99% de la población, nueve puntos más
que el promedio de América Latina. Esto, a pesar de que el 10% se sirve
de pozos, sobre todo en la seca provincia de Guanacaste (pacífico
norte), donde es mayor el déficit en infraestructura.
A los conflictos entre comunidades se agrega
abundantes luchas por el uso agrícola y turístico del agua. La imagen de
verdes campos de golf en hoteles de la turística Guanacaste no alcanza a
ser aceptada por poblaciones que reciben apenas gotas, lo que ha
causado conflictos contra el Gobierno. Entre el año 2000 y 2010 se
registraron 134 protestas por el acceso al agua, según un informe del proyecto académico Estado de la Nación,
cuyos especialistas no dudan en usar la palabra “crisis”. “Hay crisis
en el manejo y la gestión del agua. Costa Rica es uno de los países con
más agua per capita en el mundo, pero está muy mal manejada”, dijo en
enero el investigador Felipe Alpízar, cuando todavía no habían estallado
el conflicto en la comunidad de Tacares.
“Ustedes meten aquí aunque sea una cuchara y los
matamos; les quemamos la maquinaria”, gritaba otra vecina contra los
operarios de la maquinaria que iba a iniciar trabajos de ensanchamiento
de tubería hacia Atenas, según relató una reportera del diario La Nación.
La vecina furiosa ante policías, burócratas y periodistas de los medios
nacionales que viajaron los 30 kilómetros desde la capital, San José.
La escena graficaba el más reciente de los conflictos comunales por el
acceso al agua en Costa Rica, un país lluvioso cuyo Gobierno ha
decretado una emergencia por sequía sobre el 25% de los cantones del
país, incluido Atenas, donde 18.000 pobladores sufren racionamientos.
Al final de la jornada, los tractores volvieron a su
garaje y el directivo jurídico de la entidad estatal retornó a la
capital derrotado por ahora por la presión de los vecinos, respaldados
por el alcalde de Grecia, ahora enfrentado a la alcaldesa de Atenas,
Querima Bermúdez. Ella dice que los griegos no quieren compartir el agua
de una naciente llamada Los Chorros porque pretenden reservar parte de
su caudal para un megaproyecto urbanístico, algo que en Grecia niega,
pues aducen que solo pretenden garantizarse su abastecimiento. Sus
pobladores llegaron a celebrar unas votaciones no vinculantes para
legitimar su posición. En medio de ambos cantones, una carretera y un
puente, familias en ambos bandos y la alerta de las autoridades por si
el conflicto va a más. Cerca, otros cantones (Palmares y San Ramón)
también sobrellevan su batalla por el agua en este país donde el recurso
lo maneja el Gobierno, los ayuntamientos o las asociaciones de vecinos.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/10/14/actualidad/1413302409_043950.html
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