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jueves, 26 de enero de 2012

Un gran Real Madrid muere en la orilla

[foto de la noticia]Un gran Real Madrid muere en la orilla

Si se cae, que sea con el estilo y con la grandeza que faltó en la ida, sin tremendismo y agresividad mal entendida. Y ¿por qué no?, discutiendo su herramienta a la máquina más perfecta de posesión de pelota que el mundo ha visto. No ofreció signos de capitulación el Real Madrid en el Camp Nou. Todo lo contrario: un recital de orgullo y fútbol en su propuesta. Arrancó con media hora de juego soberbio de tú a tú, mejor que su verdugo, pero se dejó la pegada en casa y Messi, el hombre del frac, pasó la factura. Pero el escuadrazo de Alves que parecía la puntilla no le rindió y empató con goles de Cristiano y Benzema en la segunda parte. Rozó la proeza. El Barça, a temblar en unos últimos 15 minutos con su gente sufriendo cada acometida blanca. Con Özil, Cristiano, Benzema y cia al abordaje. La lucha de gigantes, el intercambio de dos pesos pesados intentando el KO definitivo, pudo caer de cualquier lado con el coco con mucho miedo en el cuerpo. Sí, los de siempre cayeron eliminados, pero en una oda al fútbol, reforzados en territorio hostil por el peso de su juego. [Narración y estadísticas: 2-2]
Sacó Mourinho a Pepe, quizá para que el Camp Nou descargase a gusto. Pero la propuesta diferente la pusieron hombres como Kaká, un Ozil magnífico a ratos, y un Cristiano solidario e incisivo como nunca, su partido más completo. No faltó poderío físico en sus piezas, de eso anda sobrado, pero había más intención de desarrollar el talento. Se salió con presión muy arriba, arriesgando todo lo que no arriesgó en la ida. A morder, sí, pero delante y con pelota. Minuto 1 con Higuaín tirando al limbo un gol claro después de una pifia de Piqué, que le dejó solo mano con Pinto. Agresivo y en tromba en el Camp Nou, sin conceder metros, creando más peligro en 10 minutos que en 90 del Bernabéu. En otra contra, sacó Pinto una mano abajo en un balón de Cristiano muy parecido al gol de la ida. Al Barça sólo le tranquiliza la pelota y a ello se puso para sedar el vigor de los blancos, pero perdió muchas veces el control del partido y estuvo, a ratos, irreconocible. No fue el mejor partido de Xavi, y perdió por lesión a Iniesta demasiado pronto. El Madrid lo apuró como en la Supercopa.

Özil y Cristiano, lanzados

Había mucha asociación visitante, intensidad en la presión, mezclando a sus mejores hombres muy juntos y saliendo con una amplia baraja de ataque. Sí, con lanzadores y matadores en un pulso limpio y sin concesiones siempre en disputa del balón, con el Barça también triangulando cuando supo espantar el vigor blanco. Pero fueron tiempos del Madrid solidario, con Özil y Cristiano rompiendo, aún con Xabi Alonso desconocido. El alemán se marcó uno de los disparos del año de 35 metros, que dejó a Pinto y al Camp Nou pasmado y a la escuadra, temblando. Tremendo, un misil sin el impulso de la carrera. El partido era una locura arriba y abajo que beneficiaba al visitante, crecido en sus muchas variables de ataque, sabiendo manejar y creativo. Porque otra más pifió Higuaín, en una noche aciaga, tras una serie de rebotes en el área. La tiró al muñeco con Xabi Alonso entrando sólo en el punto de penalti. Perdonó y lo pagó.

La primera decisión de Messi

Ambos gigantes del fútbol jugaban y jugaban mucho, en un partido también para la polémica con una mano no pitada a Busquets. Teixeira pitó muy mal para los dos equipos, pero perjudicó mas al Madrid en sus decisiones. Y tampocó faltó en la ecuación el factor Messi, el de siempre. A la primera arrancada de las suyas, atrajo con pelota sedada al pie a tres hacia sí -Arbeloa descuidó su espalda en auxilio de los centrales- y filtró un balón para que Pedro, limpio de marca, ejecutase a Casillas. Si está crecido el otro, lo deshace la habilidad del mejor del mundo, que después dejó un recado a Pepe y recibió uno entrada a destiempo de Lass, que ya tenía una amarilla, y que se la llevó Casillas por sus airada protesta. Fueron los mejores minutos del Barça antes de irse al vestuario. Alves cazó un zapatazo que reventó la escuadra de Casillas desde la esquina del área en un balón rebotado de la cabeza de Lass. Tal y como le llegó. La eliminatoria parecía sentenciada: 2-0. Demasiado castigo.

Los goles de Cristiano y Benzema

Con el trabajo en el marcador hecho, salió el Barça a rematar la faena con juego, insaciable su deseo de pelota y de fútbol. Pero tuvo al único grupo, esta vez sin complejos ni precauciones, capaz de discutirle la hegemonía. Rondaba más el gol visitante. Texeira acertó en anular un gol de Ramos de cabeza, que se deshizo de Alves con un tirón previo. Y Mou refrescó el ataque. Salieron Granero, Benzema y Callejón a por el imposible de los tres goles... Siguió suelto, vigoroso, y su virtud de la pegada, hasta entonces invisible, apareció de golpe. Lo merecía. Özil, sensacional a la hora de burlar la presión expres del Barça, mandó un perfecto envió interior para Cristiano, que tumbó a Pinto con un amago en carrera y la dejó en la red casi sin ángulo.
El aspirante crecía como la espuma, muy vivo, sabiéndose capaz de tumbar al intocable. Y Benzema, tras un error de Piqúe, demostró su categoría con un golazo que incluyó en el paquete un sombrero en carrera sobre Puyol y un empalme perfecto a la red. Quedaba un cuarto de hora largo en que los dos pesados siguieran su grandioso intercambio. Con Özil, Benzema y Cristiano en la tarea, se acorraló como pocas veces al Barça. Sufrimiento azulgrana, que notaba en sus pies, en sus fuerzas y en su cabeza que podían noquearle. Se resguardó a la contra, que no es su estilo, con Messi y con Pedro, que dispuso de una ocasión clarísima de cabeza. Al final, resistió el envite con su parroquia con el alma en vilo. Había sufrido y visto a un gran aspirante al trono de sus chicos, y por lo hermoso de su fútbol.

http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2012/01/25/futbol/1327519397.html

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