La 'moda' de quemar a las mujeres con ácido llega a Colombia
Viviana esperaba un autobús en Bogotá, con uno de sus hijos, cuando se le acercó una chica joven y le arrojó un líquido. "Estuve 48 días ingresada con la cara y el pecho quemados. No veo por el ojo izquierdo, tocaba reconstruir el párpado, el lagrimal, hacer un trasplante de córnea, y también se afectó el ojo derecho. Ocurrió hace cuatro años pero no he tenido los medios económicos para hacerme cirugías, no lo cubre el sistema de salud", explica a elmundo.es.
El sábado pasado, en Cali, otra joven sufrió un ataque similar. Dos chicas le tiraron al rostro una mezcla de pegante y gasolina y le prendieron fuego. No sólo la dejaron malherida, sino que también sufrió quemaduras su bebé, que llevaba en brazos. Para el general Fabio Castañeda, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, la agresión se produjo por motivos pasionales.
Aunque no hay cifras consolidadas en todo el país, cada año son numerosas las mujeres atacadas en Colombia, casi siempre por sus ex, con el fin de desfigurarlas. "En el Hospital Simón Bolívar, cuando yo estaba allá, conocí una muchacha que tenía la cara completamente destrozada. Perdió un oído, se le cayó la nariz, una oreja, le quemaron los labios y tenía los dientes a la vista, le tuvieron que hacer injertos de pelo. Se tapaba la cara con bufanda. Terrible", rememora Viviana.
No sólo son las graves secuelas físicas que soportan las víctimas, sino las dificultades para restablecer sus vidas. "Me rechazan por el físico en los trabajos, más no por las aptitudes. En lo psicológico, también te destroza. Cuando una va al colegio, por más que lo quieran a una los hijos y los míos son muy lindos, muy valientes, se avergüenzan por las bromas de los amiguitos. Y hay gente muy ordinaria, que dicen que una es un monstruo. En un bus una señora no se quiso sentar a mi lado pensando que tenía algo", señala Viviana. "Por más autoestima que tenga, por más valores, no te sientes bien. Yo me digo, una persona es más que la apariencia, pero es mentira, cuenta el físico en lo laboral. Y también te destrozan la vida sentimental".
A todo el drama que padecen, se suma la impunidad judicial. Casi nunca cazan al verdadero culpable y las escasas veces que lo hacen cumplen condenas no superiores a cuatro años. "Hay que subir esa pena mínima porque lo tipifican como lesión personal", le dice a este diario Linda Guerrero, cirujana plástica y directora de la Fundación del Quemado. Una de sus pacientes tuvo que escuchar que su ex le dijera con chulería: "Yo me la voy a tirar (arruinar) la cara y con la Justicia me limpio el culo".
En su organización tienen registradas, solo en Bogotá, 24 mujeres y un hombre quemados con distintos ácidos. "El promedio de edad está entre 21 y 22 años, y son de condición socioeconómica baja. La menor que conocemos es de 13 años, le quemaron los genitales, y solo una de las adultas ha logrado que le pensionen por discapacidad. Las secuelas de índole laboral y familiar son muy severas", indica.
Está trabajando de la mano con Cristina Plazas, responsable de la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, a fin de ayudarlas y lograr, así mismo, que el Congreso apruebe una Ley que endurezca los castigos. "El Estado tiene una obligación con estas mujeres", afirma Plazas.
http://www.elmundo.es/america/2012/01/31/colombia/1328006405.html
El sábado pasado, en Cali, otra joven sufrió un ataque similar. Dos chicas le tiraron al rostro una mezcla de pegante y gasolina y le prendieron fuego. No sólo la dejaron malherida, sino que también sufrió quemaduras su bebé, que llevaba en brazos. Para el general Fabio Castañeda, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, la agresión se produjo por motivos pasionales.
Aunque no hay cifras consolidadas en todo el país, cada año son numerosas las mujeres atacadas en Colombia, casi siempre por sus ex, con el fin de desfigurarlas. "En el Hospital Simón Bolívar, cuando yo estaba allá, conocí una muchacha que tenía la cara completamente destrozada. Perdió un oído, se le cayó la nariz, una oreja, le quemaron los labios y tenía los dientes a la vista, le tuvieron que hacer injertos de pelo. Se tapaba la cara con bufanda. Terrible", rememora Viviana.
No sólo son las graves secuelas físicas que soportan las víctimas, sino las dificultades para restablecer sus vidas. "Me rechazan por el físico en los trabajos, más no por las aptitudes. En lo psicológico, también te destroza. Cuando una va al colegio, por más que lo quieran a una los hijos y los míos son muy lindos, muy valientes, se avergüenzan por las bromas de los amiguitos. Y hay gente muy ordinaria, que dicen que una es un monstruo. En un bus una señora no se quiso sentar a mi lado pensando que tenía algo", señala Viviana. "Por más autoestima que tenga, por más valores, no te sientes bien. Yo me digo, una persona es más que la apariencia, pero es mentira, cuenta el físico en lo laboral. Y también te destrozan la vida sentimental".
A todo el drama que padecen, se suma la impunidad judicial. Casi nunca cazan al verdadero culpable y las escasas veces que lo hacen cumplen condenas no superiores a cuatro años. "Hay que subir esa pena mínima porque lo tipifican como lesión personal", le dice a este diario Linda Guerrero, cirujana plástica y directora de la Fundación del Quemado. Una de sus pacientes tuvo que escuchar que su ex le dijera con chulería: "Yo me la voy a tirar (arruinar) la cara y con la Justicia me limpio el culo".
En su organización tienen registradas, solo en Bogotá, 24 mujeres y un hombre quemados con distintos ácidos. "El promedio de edad está entre 21 y 22 años, y son de condición socioeconómica baja. La menor que conocemos es de 13 años, le quemaron los genitales, y solo una de las adultas ha logrado que le pensionen por discapacidad. Las secuelas de índole laboral y familiar son muy severas", indica.
Está trabajando de la mano con Cristina Plazas, responsable de la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, a fin de ayudarlas y lograr, así mismo, que el Congreso apruebe una Ley que endurezca los castigos. "El Estado tiene una obligación con estas mujeres", afirma Plazas.
http://www.elmundo.es/america/2012/01/31/colombia/1328006405.html
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