La calle en la que entras fea y sales guapa
Una ironía o un augurio de buena suerte, el que la mexicana película 'El Callejón de los milagros', protagonizada por Salma Hayek, se rodase en la calle peatonal del mismo nombre, situada en el centro histórico de ciudad de México, famosa en el mundo entero, para todo el que quiera ponerse guapa o guapo, de manera rápida a un bajo precio.
Aquí todo es milagroso, o eso dicen. "Les presento el gel prodigioso que hace desaparecer el vello, aclara la piel, exfolia, quita los puntos negros y borra las manchas del sol. Además, por la compra de dos productos se regala una depilación y todo por 100 pesos (6 euros)", dice una vendedora.
"¡Extensiones!", "¡las mejores mascarillas de huevo, hoy gratis!", ofrecen otras. Depilación de cejas en plena calle, manicuristas que trabajan y escuchan en su ipod la última canción de Gloria Trevi mientras la cliente escoge que brillantes imitación Swarovski decoraran sus interminables uñas. "Sólo llevo un año como manicurista pero me relaja mucho", explica Alberto, uno de los pocos hombres que hay en esta profesión.
"Este lugar siempre tuvo buena suerte -cuenta José Luís Marín, comerciante-. Si lo llamamos 'el callejón de los milagros' es porque los negocios funcionan muy bien aquí. La vanidad pesa, supongo".
En efecto, muchos de estos comercios, en su mayoría fabricantes o distribuidores de productos para centros de belleza, cuentan con un promedio de hasta diez y quince personas atendiendo al personal que se amontona a todas horas. "Créeme si te digo que está lleno absolutamente el día entero", cuenta una comerciante que apenas descansa más que unas horas el lunes.
Elena Bolañes es una cliente fija que hoy presume de boda elegante y fina. Ha venido junto a sus tres hermanas para acicalarse sin dañar el bolsillo. "Me plancharon las cejas que las tengo como de macho, muy gruesas, me depilaron, pusieron uñas y me hicieron las pestañas. Todo por menos de 200 pesos (12 euros). Me gusta venir aquí, todo es muy bonito y económico".
"Nivelamos los precios y no podemos vender más caro, los productos a precio de coste son necesarios en México. Nunca me iría a otro lugar, ni al salón más elegante. Tengo mis clientes fijos y soy feliz aquí".
Lo que antiguamente era una alhóndiga o granero, se transformó hace quince años, tras la apertura de un negocio de productos estéticos al que le siguió otro y otro, en el gran mercado que es hoy, donde más de veinte comercios trabajan en este callejón situado entre las calles de Venustiano Carranza y Corregidora.
Y es que si de algo sabe la mujer mexicana es de belleza. "Ah si, las mexicanas somos bien presumidas –dice divertida Elena Bolañes-. Ya decía mi maestra: 'De joven no te maquilles pero de mayor todo. Yo me pongo tantito de rubor, tantito de todo. Pues hay que ser femenina, ¿No?".
http://www.elmundo.es/america/2011/07/08/mexico/1310156463.html
Aquí todo es milagroso, o eso dicen. "Les presento el gel prodigioso que hace desaparecer el vello, aclara la piel, exfolia, quita los puntos negros y borra las manchas del sol. Además, por la compra de dos productos se regala una depilación y todo por 100 pesos (6 euros)", dice una vendedora.
"¡Extensiones!", "¡las mejores mascarillas de huevo, hoy gratis!", ofrecen otras. Depilación de cejas en plena calle, manicuristas que trabajan y escuchan en su ipod la última canción de Gloria Trevi mientras la cliente escoge que brillantes imitación Swarovski decoraran sus interminables uñas. "Sólo llevo un año como manicurista pero me relaja mucho", explica Alberto, uno de los pocos hombres que hay en esta profesión.
"Este lugar siempre tuvo buena suerte -cuenta José Luís Marín, comerciante-. Si lo llamamos 'el callejón de los milagros' es porque los negocios funcionan muy bien aquí. La vanidad pesa, supongo".
En efecto, muchos de estos comercios, en su mayoría fabricantes o distribuidores de productos para centros de belleza, cuentan con un promedio de hasta diez y quince personas atendiendo al personal que se amontona a todas horas. "Créeme si te digo que está lleno absolutamente el día entero", cuenta una comerciante que apenas descansa más que unas horas el lunes.
Clientes por doquier
El popurrí de personas que transitan de 9 a 8, de lunes a domingo, es un jovial espectáculo en el que los personajes más variopintos se dan cita en este callejón de la belleza. Camaradería y "buena vibra" como dicen en México, contagian al viandante que se aventura en este mercado de la belleza.Elena Bolañes es una cliente fija que hoy presume de boda elegante y fina. Ha venido junto a sus tres hermanas para acicalarse sin dañar el bolsillo. "Me plancharon las cejas que las tengo como de macho, muy gruesas, me depilaron, pusieron uñas y me hicieron las pestañas. Todo por menos de 200 pesos (12 euros). Me gusta venir aquí, todo es muy bonito y económico".
Servicios para el gremio
Estilistas, peluqueros, profesores, estudiantes o amantes del mundo de la belleza, que llegan de todos los rincones de la República mexicana a surtirse de productos. Jessie Falcon Ramírez, es un estilista que tiene su salón en la ciudad de Puebla. "Los del gremio descansamos los miércoles y nos juntamos aquí, cuesta la mitad que si lo compráramos en otro lugar". La estrategia del buen precio es la baza de este zoco, así lo explica Adriana Alvarado, una veterana del lugar."Nivelamos los precios y no podemos vender más caro, los productos a precio de coste son necesarios en México. Nunca me iría a otro lugar, ni al salón más elegante. Tengo mis clientes fijos y soy feliz aquí".
Lo que antiguamente era una alhóndiga o granero, se transformó hace quince años, tras la apertura de un negocio de productos estéticos al que le siguió otro y otro, en el gran mercado que es hoy, donde más de veinte comercios trabajan en este callejón situado entre las calles de Venustiano Carranza y Corregidora.
Y es que si de algo sabe la mujer mexicana es de belleza. "Ah si, las mexicanas somos bien presumidas –dice divertida Elena Bolañes-. Ya decía mi maestra: 'De joven no te maquilles pero de mayor todo. Yo me pongo tantito de rubor, tantito de todo. Pues hay que ser femenina, ¿No?".
http://www.elmundo.es/america/2011/07/08/mexico/1310156463.html
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