Investigan la muerte de tres pacientes 'envenenados' en un hospital británico
La policía fue alertada tras haber sido descubierto un lote de 36 ampollas de suero que habían sido manipuladas y mezcladas con insulina en uno de los almacenes del hospital.
Otros 11 pacientes han sobrevivido tras haber sufrido el mismo intento de envenenamiento y están siendo interrogados por la policía, mientras se esperan las autopsias de los tres fallecidos.
La alarma saltó el pasado martes cuando una de las enfermeras se dio cuenta e informó de un elevado número de pacientes con niveles bajos de azúcar en la sangre.
Una de las víctimas, Tracy Arden, que murió el pasado 7 de julio padecía esclerosis múltiple. Sus padres habían estado de visita pero horas más tarde recibieron una llamada del hospital para informarles de que su hija "había sufrido un empeoramiento". Cuando volvieron al centro hospitalario, su hija ya había muerto. Inicialmente los médicos aseguraron que había muerto por una infección en los pulmones. Su funeral ha sido aplazado mientras la policía investiga el caso. La familia de Arden sólo espera que "la investigación siga su curso y se aclare lo que ha pasado", explica uno de sus hermanos.
Pero no fue la única víctima mortal. Otros dos hombres también murieron esta semana. Uno de ellos de 71 años, que padecía una una enfermedad terminal y el otro, de 84, cuya enfermedad no ha sido revelado.
La investigación policial no sólo se está centrando en estas tres muertes. También se están estudiando casos anteriores por si están relacionados o arrojan información a la luz. Por el momento se han reforzado las medidas de seguridad en el hospital tanto de acceso al hospital como a los medicamentos, según ha asegurado Chris Burke, director ejecutivo del hospital.
Burke afirma que están haciendo "todo lo posible para proteger a los pacientes y garantizar su seguridad".
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/16/internacional/1310834344.html
Otros 11 pacientes han sobrevivido tras haber sufrido el mismo intento de envenenamiento y están siendo interrogados por la policía, mientras se esperan las autopsias de los tres fallecidos.
La alarma saltó el pasado martes cuando una de las enfermeras se dio cuenta e informó de un elevado número de pacientes con niveles bajos de azúcar en la sangre.
Una de las víctimas, Tracy Arden, que murió el pasado 7 de julio padecía esclerosis múltiple. Sus padres habían estado de visita pero horas más tarde recibieron una llamada del hospital para informarles de que su hija "había sufrido un empeoramiento". Cuando volvieron al centro hospitalario, su hija ya había muerto. Inicialmente los médicos aseguraron que había muerto por una infección en los pulmones. Su funeral ha sido aplazado mientras la policía investiga el caso. La familia de Arden sólo espera que "la investigación siga su curso y se aclare lo que ha pasado", explica uno de sus hermanos.
Pero no fue la única víctima mortal. Otros dos hombres también murieron esta semana. Uno de ellos de 71 años, que padecía una una enfermedad terminal y el otro, de 84, cuya enfermedad no ha sido revelado.
La investigación policial no sólo se está centrando en estas tres muertes. También se están estudiando casos anteriores por si están relacionados o arrojan información a la luz. Por el momento se han reforzado las medidas de seguridad en el hospital tanto de acceso al hospital como a los medicamentos, según ha asegurado Chris Burke, director ejecutivo del hospital.
Burke afirma que están haciendo "todo lo posible para proteger a los pacientes y garantizar su seguridad".
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