París.- Fuerzas especiales de seguridad que se abren camino entre los bloqueados depósitos de gasolina. Estudiantes que incendian la basura amontonada en las calles. Largas filas de automóviles se acumulan frente a las gasolineras que aún cuentan con combustible.
Esta es la estampa de Francia en los últimos días. Una estampa de caos originada por las protestas contra la reforma del sistema de pensiones. Sin embargo, el presidente Nicolas Sarkozy se muestra firme: ordena despejar todos los depósitos bloqueados y asegura que la reforma va a continuar su curso.
Viajar en coche por Francia se ha convertido en una aventura que altera los nervios. De acuerdo a datos oficiales, una de cada cuatro gasolineras no tiene más combustible o "aguarda por suministro", como prefiere llamarlo el Gobierno. Multitudes de franceses viajaron por este motivo hacia países vecinos para conseguir gasolina.
Otros franceses optan por compartir autos, usar bicicletas o tomarse directamente el día libre para evitar el caos de transporte. En Internet se volvieron muy populares los buscadores de estaciones de servicio, que señalan dónde se puede conseguir todavía combustible.
"Como en el Comunismo", protesta nervioso un parisino. Otros se lo toman con humor, como el sitio web leparisien.fr, que convoca a una curiosa competencia de video: ¿Quién filma la mayor fila en una gasolinera?
Por su parte, las compañías aéreas recurren a aviones de mayor capacidad para llevar a destino a tantos pasajeros como sea posible.
Se retrasa la aprobación de la ley
Muchos se preguntan si en realidad hay manera de evitar la aprobación de la reforma de las pensiones. Se espera que el Senado, la segunda cámara del Parlamento, convalide como muy pronto el jueves por la mañana la ley, que prevé elevar la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años. Y quien no haya contribuido lo suficiente tendrá que dejar de trabajar a los 67 y no a los 65 años. La aprobación definitiva se estima que podría tener lugar el miércoles de la próxima semana.
Ahora el Ejecutivo confía en que las protestas disminuyan -al menos entre los estudiantes- con la llegada de las vacaciones de otoño, que comienzan el próximo fin de semana. Pero es presumible que las protestas continúen tras la aprobación del proyecto.
La dureza de las protestas ha provocado ya las primeras comparaciones con la huelga general de 1995, que desembocaron en la dimisión del entonces primer ministro Alain Juppé. Entonces el gobierno debió dar marcha atrás con la reforma del sistema de pensiones que planteaba.
Sarkozy no se puede permitir políticamente fracasar en la reforma, a la que siempre ha descrito como medida central para el resto de su mandato. Y menos aún quiere prescindir de ella de cara a las elecciones presidenciales de 2012.
http://www.elmundo.es/mundodinero/2010/10/21/economia/1287615222.html
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