Sea como sea, el druidismo es una religión, una forma de vida y una filosofía. Se puede tomar del druidismo lo que se necesite. O sea, no es una religión fundamentalista, en principio. Como religión se nos dice que hay una fuerza vital. Esta fuerza es el Awen. Está en los humanos, animales, plantas y naturaleza. Los druidistas no creen que perdemos la naturaleza divina. Y tampoco nacen con pecado original. No tienen ni cielo ni infierno. Lo divino es el ambiente. Lo que nos rodea. Los druidistas forman parte de un ciclo eterno. Al morir se vuelve a renacer. Sí, como en el budismo. No se comportan bien porque si no serán castigados sino porque es mejor portarnos bien. Es algo kármico. Si nos portamos mal esa energía negativa vendrá hacia nosotros.
Al parecer no hay escritos de druidas. No les gustaba escribir. Les iba más lo oral. Iban las enseñanzas de maestro a alumno. Para eso estaban los romanos que ya se enfrentaron a algunos druidas y escribieron sobre ellos. Sabemos que solían vestirse de blanco y cortaban el muérdago con hoz de oro. A veces sacrificaban toros y adoraban árboles y plantas sagradas como el roble, el avellano. También veneraban el fuego que era algo purificador.
El mismo Julio César habló de los druidas en su “De Bello Gallico”.
Se nos dice que a veces en las batallas los druidas intentaban por todos los medios evitar el combate. Porque eran pacifistas. No conseguían mucho, porque los romanos, buenos eran. Si batalla empezaban no había marmita y poción mágica que les parara.
Pero los territorios celtas fueran conquistados por los romanos. Poco a poco la influencia de los druidas fue cada vez más pequeña. A los romanos les iban otras cosas. Y entre la crucifixión o salir del druidismo, preferían esto último. Aunque probablemente seguían practicando esta filosofía cuando los romanos no veían.
Cuando la edad media viene, los druidas que quedan tienen que ocultarse porque creen que son demonios. Y podrían acabar en la hoguera.
-Antes la crucifixión y ahora la hoguera.
-Lo pillas.
Había a veces mujeres druidas. Ellas solían tomar la pócima de la sabiduría infinita. No porque la necesitaran más sino por si acaso. La mujer suele ser más previsora. Y se cree que en esta pócima había también un elixir para la belleza eterna. Y en el plano estético la mujer siempre está varios peldaños por encima del hombre…
-¿Sólo en el plano estético?
-Depende de la mujer.
En todo caso el druida era siempre culto y lleno de prestigio. Responsable de sacrificios y mediador entre hombres y dioses. Juez, profesor, valía lo mismo para un roto que para un descosido. Se le podía preguntar por el significado de un sueño, pedir que abriera las aguas, o que dijera si mañana va a llover o no.
Los druidas no tenían templos. Hacían casitas de madera. Ahora no tenemos nada de eso. Es que la madera, ya se sabe. es más frágil. Hay algunas fuentes que hablan de que a veces hacían sacrificios humanos. Pero esto no está muy claro.
-Porque no es una fuente clara.
-Claro.
Se cree que los últimos druidas se convirtieron al cristianismo. Pero conservaron algunas tradiciones. O sea, tomaban lo que les convenía del cristianismo y lo que les convenía del druidismo.
Pero llegó el siglo XVII. Y había un señor llamado Willian Stukeley. Por alguna razón se convirtió en el padre del druidismo moderno. Le dio por relacionar el círculo de piedras de Stonehenge con la religión celta. Como era una época de romanticismo y naturalismo, se puso de moda. Se hablaba de la tolerancia, la dignidad humana.
En el siglo XVIII en Inglaterra y Gales aumentó la fama del druidismo. Y se retomó el idioma córnico. En la actualidad sigue siendo un movimiento religioso. Se busca la unión con la naturaleza, la conexión con el cielo y el mar…
A España también llegó la red druida. Y hay grupos de druidas españoles. Ellos desean promover la conciencia de lo sagrado de la naturaleza, recuperar valores que se han ido perdiendo, el honor, la verdad, el respeto…
Y éste ha sido un resumen de la religión druida. Que también es una religión. Y si sirve para que haya paz, repeto, tolerancia, alegría y la crisis se acabe, bendito sea el druidismo. Y sus marmitas.
(Sara González Villegas)
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