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miércoles, 8 de septiembre de 2010

Teodosic ajusticia a la campeona

Teodosic ajusticia a la campeona

No lo habían visto nuestros ojos en un lustro. Cinco años jugando semifinales, siete veces en los últimos nueve años y cuatro finales encadenadas desde 2006 hasta aquí. Rachas que acrecientan el dolor de España, fuera de la lucha por las medallas del Mundial, donde defendía el oro de Japón 2006. Un gesto de genio y de carácter, un triple de Teodosic desde ocho metros, a 3.1 segundos del final, cambió la historia.
España se vio desbordada desde el inicio por un batallón de cadetes en celo abriendo frentes a machete, creando un cortafuegos tan ancho que España no lograría cruzarlo hasta el minuto 23. Una imagen concentra esa ruptura inicial que marcó el desarrollo; una imagen que figura el pase de testigo entre La Roja, que dominó la última década en Europa, y la selección que, dicen, tiene potencial para sucederla en el continente y quizá más allá.
Perdió Garbajosa el balón, corrió de espaldas para recuperar la posición defensiva, se trastabilló... Un veterano rodando por los suelos y, a su derecha, volando pasó el AVE, un chico de sólo 22 años, que mide 2,09 metros, juega de alero, como alero lanza y corre como un escolta. Bjelica se formó en el Partizán, tuvo un 'exilio' en Austria y regresó al Estrella Roja, de donde lo ha fichado el Baskonia. Un 'kukoc' de catálogo que, de dos zancadas, machacó el aro rival para el 15-13, toque de corneta de un parcial 10-0, mano a mano con Velickovic. De hecho, todo fue mano a mano de ambos hasta el 23-13, máxima diferencia del partido. Entre el madridista y Bjelica sumaron 21 de esos 23 puntos iniciales, claves en el desenlace.
Todo el primer cuarto fue un mano a mano. Serbia tenía su pareja de niños y España a un hombre-equipo, Juan Carlos Navarro, autor de 13 de los 23 puntos de España con un pleno de tres aciertos desde el triple. Para el minuto 10, tras la exhibición de lozanía balcánica, la lógica imponía la rendición de cualquier rival. Sólo los jugadores excepcionales, de época, no tragan con la tradición, dispuestos a escribir su propia historia, tipos como Navarro, que evitó claudicar al final del cuarto inicial, y 12 minutos consumaba la escalada (49-51).
España, fugazmente por delante
La primera ventaja del favorito, impulsada junto a Garbajosa, necesitó 22 minutos largos de cocción, pero no estaba madura. Comenzaron a jugar al columpio. Arriba Serbia, arriba el oro mundial; arriba el subcampeón de Europa, arriba el campeón continental, alternándose los adversarios en el rol de ganador y dándose tiempo pues la resolución se dejaba para el último cuarto. Y para los últimos cinco minutos, pese al arreón de Serbia cerrado por Savanovic (77-69, min. 33).
Y para los últimos dos minutos, pese a otro arreón de Serbia cerrado por Savanovic (86-78, min. 37). Del primero volvió España con Navarro; del segundo, en bloque y al límite, hasta un 89-89 sellado con asistencia de Navarro y mate de Marc Gasol a 25.8 segundos del final. Resistir para perecer, pura crueldad.Teodosic manejó la última posesión. Acudió Velickovic a bloquerle dos veces y, en el segundo, Llull mudó su marca con la Garbajosa. Teo ante Garbajosa. El base del Olympiacos, botó, se cuadró y, desde ocho metros impidió la octava semifinal de España en su década. Ahora peleará por la quinta plaza en esa fase de la competición tan propia de la 'prehistoria' roja.
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2010/09/08/baloncesto/1283957025.html

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