David Cameron dormirá por primera vez esta noche en Downing Street. La noticia la anunció él mismo y lo hizo en los términos de un condenado a muerte. Diciendo que acababa de desayunar por última vez con sus dos hijos y su esposa en su casa de Notting Hill y que a partir de esta noche todo sería distinto.El tono grave de Cameron es comprensible. Y no sólo porque la mudanza señala el final de su última parcela de libertad, sino porque es mucho mejor la casa de la que se va que aquélla a la que se muda. Por el momento, vivirá en el apartamento del número 10. Pero a partir del verano se mudará a la vivienda más amplia del número 11. Un lugar reservado históricamente para el responsable del Tesoro pero que han habitado recientemente dos primeros ministros: Tony Blair (1997-2007) y Gordon Brown (2007-2010).
Ni David ni Samantha Cameron estaban por la labor de mudarse a Downing Street. Nunca dijeron que 'no', pero pensaron en remolonear durante algunos meses. Hubo quien dijo que retrasarían la mudanza hasta el parto de Samantha, que sale de cuentas a mediados de septiembre. Y otros que pensaron que aguardarían al final del colegio de los niños. Al final han pesado más los requerimientos de la seguridad y la convicción de que vivir fuera del perímetro de Downing Street era un lujo demasiado gravoso para las arcas públicas.
Pantallón de plasma
Un camión en tonos amarillos y azules –los colores de la coalición liberal conservadora- ha recogido esta mañana las pertenencias de los Cameron. Entre ellas, los colchones de las camas de los niños, la bicicleta donde el 'premier' ya no podrá pedalear y un pantallón de plasma de proporciones cinematográficas.
Detalles que difícilmente les harán olvidar el mobiliario minimalista de su casa de Notting Hill -que adaptaron para reducir su huella de carbono y para mejorar los cuidados de su hijo discapacitado Ivan-, valorada en unos tres millones de euros.Ni el número 10 ni el número 11 de Downing Street son lugares ideales para una familia. Y no sólo por el mobiliario anticuado y la moqueta victoriana, sino por los problemas operativos del lugar. Cherie Blair explicaba en sus memorias que se le cayó el alma a los pies cuando vio la cocina de su apartamento. Un detalle del que ha tomado buena nota Samantha Cameron, que ha dado a entender que reformará la cocina de su bolsillo para adaptarla a los tiempos que corren.
Cuatro domicilios
En cuanto a la casa de Notting Hill, el primer ministro se ha permitido una broma ante los periodistas: "Desde luego, no se la voy a alquilar a la señora Whiplash", en referencia a la terapeuta sexual a la que le alquiló su casa el ministro del Tesoro Norman Lamont en los años 90.Si dejaran el inmueble sin alquilar, los Cameron dispondrían de cuatro domicilios: su casa de Notting Hill, la de su circunscripción en el condado de Oxford y sus domicilios oficiales de Downing Street y Chequer’s, la residencia de recreo del primer ministro.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/27/internacional/1274981294.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario