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jueves, 22 de abril de 2010

Asociación de Trasplantados de Páncreas,

Van a defender en nombre de la Asociación de Trasplantados de Páncreas, en el Parlamento de Andalucía y en nombre del Partido Andalucista, la escolarización dentro de la normalidad de los niños diabéticos, tal y como estamos pidiendo desde hace un tiempo.

Otros partidos también quieren hacerse eco de esta misma reclamación.Si tenéis alguna objección, decidmelo antes de las 12:00´de la mañana de mañana miércoles, que me llamarán para confirmarlo.
Os copio la petición enviada hace tiempo:
Queremos exponerle nuestra preocupación acerca del desamparo que todos los niños diabéticos, insulinodependientes, están sufriendo en nuestra Comunidad Autónoma, y a su vez de la presión que se está ejerciendo desde la Consejería de Educación sobre el colectivo de maestros para la incorporación de estos niños en el ámbito escolar.
Hasta ahora, cuando un niño con una Diabetes Mellitus Tipo 1 necesita ser escolarizado con tres años de edad en cualquier colegio andaluz se le exige que tenga un grado de autonomía personal suficiente, para que esta escolarización no suponga un gravamen en la de sus compañeros. Pero un niño con tres años no puede autocontrolar su enfermedad. Y puesto que no es autónomo, la Consejería no da opción a su escolarización obligatoria en los centros públicos.Consejería se niega a pagar a monitores especializados en el manejo de enfermos con esta patología u otras, y acaba delegando la aceptación del menor en un centro al libre albedrío de los profesores que conforman el claustro de dicho colegio. Los profesores, a su vez, y sabiendo que no es su obligación, aceptan su integración siempre que los padres firmen el formulario que facilita la Consejería que le adjunto más adelante.
Pero no en todos los colegios hay esta buena disposición voluntaria del profesorado, y están en todo su derecho a no tener esa buena disposición.Conocemos casos en los que a las madres se las obliga a desplazarse a los colegios para ponerle a su hijo la inyección de insulina correspondiente en el caso de toma de alimento, y las glucemias rutinarias.
Los niños diabéticos no son considerados minusválidos y no pasarían nunca por una oficina de valoración, porque su patología aún no le ha afectado ningún órgano ni le ha derivado a ningun problema de los que aparecen a lo largo de su vida; es decir: aún no es ciego, ni está en diálisis, ni le han amputado miembro alguno. Por lo tanto, si una madre para escolarizar a uno de estos niños ha de dejar su trabajo, nunca podrá solicitar una ayuda como si fuese gran dependiente, ya que su hijo ni siquiera se le considera un 33% de minusvalía. Pero en la práctica hacen que sea dependiente sin compensación económica alguna ya que obligan a esa madre a no poder separarse de él.Por otro lado, a los maestros no se nos enseña cómo detectar una hipoglucemia en la carrera y mucho menos a cómo inyectar glucagón, el medicamento inyectable utilizado para tratar las hipoglucemias. Ni se nos enseña, ni tenemos obligación a hacerlo, porque en caso de realizar de forma errónea algo referido al tratamiento se nos puede exigir responsabilidad civil y penal.Por todo esto les pedimos que insten a la Consejería de Educación a que de una vez por todas terminen el borrador del Convenio con la Consejería de Salud, borrador que llevan demasiado tiempo analizando y sin terminar ni llevar a la práctica.Hemos sido informados desde la Consejería de Salud que no son ellos los que se oponen a este convenio, sino Educación, ya que en él se deberá reflejar la necesidad de contratación de personal especializado para la plena integración de nuestros niños en el mundo escolar, y posteriormente laboral.Y como bien nos explican en Salud, en el III Plan Andaluz de Salud se trabaja la gobernanza como base fundamental del buen hacer político, y en estos términos se define que la buena salud del ciudadano abarca diferentes ámbitos de actuación.En este III Plan, cuando se habla de Ejes Transversales para mejorar las intervenciones en la Salud, se dice, textualmente, que el carácter múltiple de los factores que condicionan y determinan la salud de las personas y las comunidades exige una respuesta desde todos los sectores. Es decir, también desde el sector educativo.Y volviendo al Plan, en él se lee, dentro del Plan de Apoyo a las Familias Andaluzas, como objetivo “el apoyo a las familias con problemas crónicos de salud y discapacidades”. Este apoyo, como bien le explico, es nulo en las familias con niños con DM T1.Cuando se habla de convergencia entre la Consejería de Salud y la de Asuntos Sociales (p. 131), se habla del Plan de Inclusión Social. Pues bien. Queremos que nuestros niños diabéticos no sean excluidos socialmente desde su comienzo académico y que sean capaces de prepararse para el futuro como profesionales bien formados. Si se les niega el derecho a la educación se les está obligando a ser futuros usuarios de esos planes de exclusión social. Nuestro lema, como el de la Junta, es prevención. Y antes de que excluyan a nuestros niños queremos que se haga un esfuerzo por su escolarización y formación académica.
Llevamos demasiado tiempo dependiendo de la buena voluntad de un colectivo, el de maestros, al que se le exige demasiado; y demasiado tiempo sin ser considerados los diabéticos como un grupo cada vez mayor en número e importancia, con derecho a la normalidad. Por todo esto esperamos una pronta intervención por su parte.
Atte.

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