'No estamos luchando contra la pobreza y la sino aumentándola'
Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, 1925) tiene un despacho tan pequeño y gris en la prestigiosa Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (EHESS), donde es director de estudios, que parece un insulto. Pero él está a gusto entre sus libros y sus fotografías, una de ellas, de las revueltas de mayo del 68, en las que fue uno de los principales dirigentes.Ahora todo aquello queda lejos, la realidad que le preocupa es la de una Europa sin voz, liderada por "los peores" y que en lugar de trabajar para eliminar la pobreza, sigue manteniendo políticas que la aumentan. Con la excusa del Año Europeo de lucha contra la Pobreza y la Exclusión social, el sociólogo francés –opositor de las políticas neoliberales- hace un diagnóstico de lo que le rodea que, por lo general, le decepciona.
Pregunta.-¿Cómo se puede luchar contra la pobreza y la exclusión social?
R.- Primero sería útil saber cuáles son las políticas que favorecen que la pobreza y la desigualdad crezcan, es eso contra lo que debemos luchar. La realidad es que estamos aumentando esos problemas en lugar de hacer algo contra ellos. Hace diez años los altos directivos ganaban unas 40 veces el salario de un obrero, ahora, 400 veces. Es un mundo de sinvergüenzas. Con todo, los europeos están mucho mejor que EEUU por el sistema de seguridad social.
P.- Suele decirse que el modelo francés de integración de los inmigrantes ha fracasado, ¿cree que hay demasiados guetos?
R.- Ahora hay algunos elementos de gueto, veinte años atrás no había ninguno. Hubo durante la guerra de Argelia un distrito de París que estaba bajo el control argelino, pero ahora no pasa. Eso sí, hay algo de racismo. Hay dos cosas que son peligrosas: cuando un país dice «yo soy el universalismo» y ustedes son inferiores, esto fue muy francobritánico, se identifica a un grupo superior, rico, antiguo, con valores de tipo universal, es muy peligroso porque los demás están empujados para abajo. E igual de peligroso es decir «yo soy específico» y no aceptar los valores comunes.
P.- ¿Qué le parece el plan de fomento de la identidad nacional de Sarkozy?
R.- Es una maniobra política sin importancia. Nicolas Sarkozy ganó las últimas elecciones porque votantes de Jean Marie Le Pen pasaron hacia él. Y ahora están decepcionados. Para él es fundamental parte de ese electorado. Es un político de exclusión del mundo islámico, es una política sucia
P.- ¿Cree que Europa tiene miedo a la religión?
R.- No, a la religión no, sino al islam. Yo siempre digo que ahora la religión de la que se habla menos en Francia es la cristiana. Hay un chiste de un niño que le pregunta a su madre qué es la Cuaresma y ella le responde "bueno, es algo así como el Ramadán". No hay nada negativo en que aumente el número de practicantes musulmanes, pero el problema surge si una religión, cualquiera, interviene, por ejemplo, en el estatuto de la mujer o la vida pública y política en general.
P.- ¿Apoya la entrada de Turquía en la Unión Europea?
R.- Turquía es un país laico desde 1924, a la francesa, podríamos decir. Es cierto que es un mundo profundamente musulmán, pero hay voluntad desde hace más de 100 años de mirar hacia el Oeste y entrar en el mundo europeo. Si uno compara Turquía y Grecia, creo que el primero se ha modernizado más. Además, los turcos han empezado a transformar su interpretación del genocidio de los armenios, es decir, está habiendo muchos cambios.
Además, yo apoyo la entrada de Turquía en la UE porque, frente al fracaso de la relación entre EEUU y el mundo árabe, los europeos tienen que fomentar otra relación con parte del mundo islámico. Tenemos que integrarnos más con esta parte del mundo musulmán, como Turquía e Irán, y quizás Marruecos también, que no es el mundo árabe sin estado y antes colonizado.
P.- ¿La Unión Europea: éxito o fracaso?
R.- Yo soy de la inmensa mayoría de los europeos que estamos muy decepcionados con Europa, especialmente en este momento de crisis. ¿Pero qué ha hecho la UE? Nadie sabe quién decide qué y el resultado es que es una organización puramente interna en el que los países ricos dan dinero a los pobres. Con España funcionó muy bien, con Portugal no muy bien y con Grecia, nada. Y ahora, con Catherine Ashton y Herman Van Rompuy han elegido a los peores.Yo no puedo aceptar la idea de una Europa que no tenga un papel mundial. Somos más de 5.000 millones de personas con un nivel de vida medio alto y ¿esta gente no tiene ningún tipo de papel?El Parlamento tiene más poder que antes, pero poco, porque las grandes decisiones se toman a nivel nacional, y Alemania no va a cambiar su política económica porque Bulgaria no esté de acuerdo. Europa necesita capacidad de decisión. Con España la hay, pero con Inglaterra... apoya más la política norteamericana.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/22/union_europea/1271952036.html
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