BIENVENIDOS AL OLIMPO

lunes, 10 de noviembre de 2008

ENCONTRÉ EL OLIMPO BAJO MI CAMA. CAPÍTULO 29


29. EROS SIEMPRE TIENE BUENA PUNTERÍA CON LAS FLECHAS.

-Estoy embarazada.-Dijo Afrodita a Ares.

-¿Es mío?- Preguntó el dios de la guerra mientras bebía unas cervezas desparramado en el sofá.

-Claro.

-Pues vale.

-Se llamará Eros.

Cuando nació era un niño guapo y dulce. Romántico y sensible.

-Este niño es raro, raro, raro....-Decía Ares, su padre.

-Soy el dios del amor, papá.


-Vaya memez. Esto es cosa de tu madre. Como si lo viera.


-A mí no me metas.-Contestó la diosa.


-Además, míralo. Siempre acompañado de una fauna rarísima...Me pone atacado. Me voy a darme de bofetadas con alguien...


Eros solía llevar su séquito de divinidades la mayoría femeninas. Las Gracias, las Horas, y a Peitho diosa de la persuasión. También iban los genios Himeros y Pothos.


-Yo voy siempre en la pandi de Eros. Me llamo Anteros. Y soy el dios del amor recíproco.


-Es mi hermano.-Decía Eros.-Yo soy Himeneo, el dios del matrimonio y la virilidad.


-Mira tú qué bien.


-Sí. También voy con Eros. No tengo claro mi árbol genealógico. Dicen que Apolo es mi padre y mi madre una musa. Pero puede que mi madre sea Afrodita y mi padre Dionisos. Tendré que dedicarme un día a aclarar esto de mis orígenes.


-Pero cuentan que realmente Himeneo era un chaval que se dedicaba a rescatar chicas de los piratas. Y como eso les gustó a los dioses, decidieron que fuera uno de ellos...-Una de las Gracias comentó chismosa.


-No es cierto. No has oído bien la historia.-Pues cuéntala tú.-Bueno...me enamoré de una mujer. Y ella estaba en una fiesta. Cerca de la fuente Calírroe. A la orilla del mar. Para acercarme a ella, me disfracé de mujer. Y en eso estaba cuando llegaron unos piratas.


-¡¡Mira un grupo de doncellas!! ¡¡Raptémoslas!!-Dijo uno de ellos.


-¡¡Qué horror!! Nos comerán crudas.


-No creo...-En esto a Himeneo se le cayó la peluca y se descubrió que era un muchacho. Las demás se tranquilizaron. Especialmente porque era un chico muy guapo. Los piratas eran feos como un pecado mortal.


-Nos salvarás...


-En eso estaba pensando, monas...Pero, sí. Os salvaré. Esta noche voy a bailar la danza de los siete velos para los piratas. Cuando los seduzca, me los cargo.


-Vale.-Entre bailes, vinos, juergas, les preparé una ensaladilla rusa con la mayonesa caducada. Se empacharon todos, fueron a vomitar, les empujamos y salvé a las chicas. Así conseguí a la muchacha que yo quería y me casé con ella. Fuimos felices en todo nuestro legítimo matrimonio.


-Por eso van a buscar agua para las ceremonias nupciales a la fuente en la que tú estabas travestido...


-Tú lo has dicho.


-¡¡Pero estábamos hablando de mí!!- Protestó Eros.


-Tienes razón.-Se disculpó Himeneo.


Eros es un bellísimo muchacho con alas de oro y arco y flechas.Todo el que es alcanzado por ellas se enamora.


-¿Aunque no quiera?


-Aunque no quiera.


-¿Y quiénes son esos regordetes que giran a tu alrededor?


-Somos los amorcillos. Y no nos llames regordetes. Estamos metiditos en carne. Nada más. Somos compañeros de Eros en las aventuras y somos traviesos.


-Yo personifico el amor entre los sexos. Pero también entre los hombres. La parte de afecto y amistad. En los gimnasios se solía colocar su imagen.


-¿Ah, sí?


-Lo que yo te diga.

-¿Y tus amores?

-Una vez me enamoré. Se llamaba Psiquis. Era una muchacha de una belleza excepcional....

-Afrodita la vio y se sintió celosa...-Intervino un amorcillo.

-Es demasiado guapa. Ya que tú estás más en contacto quiero que hagas que se enamore de alguien feo y zafio.

-Vamos, Afrodita...

-Te lo mando.

-Qué celosa es...-Dijo por lo bajini. Pero cuando fue a ver quién era Psiquis, se dio cuenta de su belleza y se enamoró.

-Empezaron un romance, pero ya que Afrodita había encargado el maleficio Eros le pidió a la chica que nunca lo mirara.

-Un día sin embargo no pudo evitar querer poner los ojos en su amor. De esta forma, Eros desapareció.

-¡¡Te dije que no podías mirarmeeeeee!!-Así desapareció de su vida.La joven vagó por todas partes, pidiendo que le devolvieran a su amor.

-Ahora vago, vaga, vaga, vaga….Por favor, Afrodita...Devuélveme a mi amado.

-Anda, niña....vete a paseo.Como la diosa no cedía ningún dios la ayudó. Así que la pobre continuaba su carrera desoladora. Hasta que Afrodita tuvo una idea....

-Mira, puedes hacerme un favor...-Dijo hipócrita la dios

-Sí...

EL RESTO DEL CAPÍTULO LO PODÉIS LEER EN EL LIBRO. OS ANIMO A COMPRARLO.

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