Como Pedro por su casa
Quién más, quién menos, tiene problemas de pareja. A santo de qué iba a montar Sánchez tamaño escandalazo llamando a 'Sálvame'. Pues porque el chico será guapo, pero no tonto, y está inquieto
Y es que aquí, quién más, quién menos, tiene problemas de pareja por muy bien que le vaya con su churri. Dime tú, si no, a santo de qué iba a montar Pedro Sánchez tamaño escandalazo llamando a Sálvame un miércoles tonto con la excusa de dejarle clara a Jorge Javier Vázquez su postura sobre el Toro de la Vega. Pues porque el chico será guapo, pero no tonto, y está inquieto. Vive sin vivir en La Moncloa, ni en Ferraz ni en el Congreso. Sospecha que demasiados de los suyos están coqueteando de más con Pablo Iglesias júnior, y ha decidido reconquistarlos uno a uno por tierra, mar y audímetros. A Trancas y Barrancas, si hace falta. Vale que puede que entre la audiencia de tales espacios haya menos aforados que en la de Al rojo vivo, y que Mila Ximénez y Matamoros no estén a la altura de Marhuenda e Inda como analistas políticos ni como dúo cómico. Pero en el amor y en la guerra todo vale. Y, mientras prospera o no la reforma electoral de Rajoy, un televidente, un voto.
Es lo que pasa cuando uno le ve de cerca las orejas al lobo del divorcio. Que, o se va cinco minutos antes de que le eche, como Ana Botella y Jaime Lissavetzky en su lucha perdida por la alcaldía madrileña. O recula, como el 55,3% de los escoceses ante los lagrimones de Cameron. O, si hay que hacer el pino-puente para salvar lo suyo in extremis, se hace. Y quien dice el pino-puente, dice ponerse a meter pelotas por el aro con Pablo Motos como hizo Sánchez la otra noche en plan Vaya par de gemelos. Inmaculado, eso sí, que para eso es El Mesías y entre él y Susana Díaz —que, o mucho me equivoco, o no le quita ojo del cogote— han agotado las existencias de camisas blancas de Amancio Ortega, Isak Andic y San Isidoro Álvarez, que en paz descanse.
En fin, que voy terminando, que si no me pasa como a Antonio López, que no remato ni a tiros. Pero te digo una cosa, así, en confianza. Para mí que todo este ruido del referéndum de Escocia, el Toro de la Vega y la súbita irrupción en los platós de Pedro como ídem por su casa es una burda maniobra para tenernos entretenidas mientras George Clooney se casa con la abogada de Assange y garantizar así el orden público
http://elpais.com/elpais/2014/09/19/gente/1411149929_172188.html
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